miércoles, 29 de octubre de 2008

Más y más papeles y viajes (27/28-oct) 2/2

[Actualización 29 de octubre: otros 4 post nuevos. Gracias por los comentarios. De verdad que me hace mucha ilusión que escribáis. Manyana ya vienen mis padres asi q igual hasta el lunes ya no puedo subir nada, pero no os cortéis, escribid. Tengo muchas ganas de poner fotos. En estos post veréis la última hora sobre mi futura conexión a internet. Nos vemos!!]

Según he tendido, a todo correr (en metro) al Saturn, al puesto de Alice (internet) para darle mi número de cuenta. Ya ha puesto el contrato en orden. El dependiente, igual que el del banco, me ha dicho que necesitaría un número mío alemán. Pedid, pedid, que para eso he venido a Alemania.

También me ha dicho que, aparte de los 40€ en un vale-regalo del Saturn que me va a dar, ahora también (la semana pasada no), ¡¡los 5 primeros meses son gratis!! No sé porqué, no me he alegrado. He notado el cuchillo clavarse un poquito más en mi corazón.

Le he empezado a preguntar, descaradamente, si no iba a haber sorpresas, que no me parecía normal. Y él venga a decirme que no, que he tenido suerte, que es una oferta y que no sé qué. Si os dais cuenta es: 40€ de regalo, 5 meses gratis, el resto a 20€ en vez de 30€, con internet 16 Mb tarifa plana y número alemán fijo con tarifa plana, y sin contrato de permanencia.

¿Qué os parece? A mí, que no existe eso. Tengo verdaderas ganas de saber dónde me va a pillar. Aunque lo más probable es que lo tenga escrito aquí delante de mí, en alguna parte del tocho que he firmado en arameo.

Dentro de unas 2 semanas vendrán unos técnicos a mi casa a ponerme internet. ¡2 semanas! Le voy a decir al turco del ciber si va a sacar ya los abonos 2008/2009, porque me va a salir mejor.
He salido del Saturn y me he dio a la plaza más conocida: Römer. Ahí está la oficina de turismo, así que he ido a preguntar por las visitas guiadas en español, para cuando vengan mis padres, porque yo el viernes por la mañana estaré trabajando. Estaba cerrado, así que tendré que volver mañana.

He ido a TraffIQ, la oficina central de todo el tema de transporte en Frankfurt. Billetes, horarios… Tenía un vale por una guía de horarios gratuita, y me ha dado un pequeño gran libro de horarios (veréis la foto). Super-de-bolsillo.

Al terminar en TraffIQ, aún eran las 7.30 así que me quedaban 30 minutos de tiendas abiertas. He empezado a buscar tiendas de móviles para pillar uno alemán. Al menos ha sido fácil, en el Zeil están todas. En O2 me han ido a meter en un contrato descaradamente. Le he insistido en que yo sólo lo quería para hacer 4 llamadas y sobre todo porque me lo pedían en los sitios, pero me ha ignorado. Pues yo a él también. Hasta luego.

He entrado en Vodafone, a las 7.45, y estaba a tope. No me ha apetecido esperar y he seguido buscando. Justo enfrente: T-Mobile. El tío más torpe de Alemania me ha explicado, como buenamente ha podido las tarifas prepago que había, y me he cogido un móvil cutrecillo, pero es que en España no me valdrá. Así que ya tengo número alemán.

Es una genial noticia, pero la semana que viene tendré que hacer la ronda completa para dar/actualizar mi número: registro (Bürgeramt), Alice-DSL, Commerzbank, Nintendo, mi agencia, María… Flex-times, filas… Se supone que tampoco me va a dar mucha guerra.
Ya en casa, he puesto en funcionamiento el móvil, que de cutre, no tiene ni español en los idiomas, así que lo tengo en inglés. Eso sí, en la era en que compras un cepillo de dientes y te vienen instrucciones en griego de Creta y griego peninsular, las instrucciones de mi móvil sólo vienen en alemán. Pero no me he cabreado, tengo ya el culo pelao. He metido las instrucciones en un cajoncito, y tranquilamente me he puesto a aprender el funcionamiento. Por suerte, es Nokia y es calcado al 90% al que tengo en España.

Mañana miércoles, aparte de preparar la casa para la llegada de mis padres (aunque básicamente ya está bastante bien), tengo que ir a mi agencia y darles todos los papeles (me faltaban los del banco) para que puedan ingresarme las nóminas. Por fin. Eso sí, aquí no se cobra hasta el 10-15 (¿lo dije?), así que aún me queda esperar.

Después de eso, habré acabado la fase 2: papeleo. Lo que me queda, dentro de lo que cabe, son retoques (salvo internet).

Como me estaba extendiendo y he dividido este post en dos partes, un pequeño bonus.
El otro día, por la calle me dieron un flyer. Lo cogí como suelo hacer, sin mirar. En casa me puse a echarle un vistazo y como estaba escrito en un alemán sencillo (no es ironía) lo leí. Se llama “Bring it” y es un servicio para Frankfurt que te llevan lo que quieras a tu casa, entre las 10 de la noche y las 4 de la mañana.

Hay una lista inmensa: Vodka (7€), Jack Daniel´s (22€), Bacardi (13€), cualquier cerveza (1€), Pringle´s (2€), pack de 3 condones (3€) (suspiro), Durex Play Gel (3€). Como podéis ver, para todo tipo de fiestas.

Te pueden llevar hasta barritas de Kit Kat o tampones. Creo que me lo voy a guardar por si acaso. Pedido mínimo 20€ y tiempo máximo de entrega 30 minutos. O sea que si venís a Frankfurt, sólo me tenéis que avisar con media horita de antelación.

Y para terminar, un poco sobre el tema del reciclaje. Como no podía ser de otra manera, aquí también están muy concienciados con lo del reciclaje, pero de una manera diferente a la española.
En general, cada edificio tiene sus propios contenedores, por lo que por las calles no se ve ninguno. Los únicos que son públicos son los del vidrio. No hay muchos, pero los hay. Y tienen tres entradas: para vidrio blanco, verde y marrón (veréis foto).

La mayor diferencia es que aquí cada vez que compras algo con recipiente de plástico (y que tenga un simbolito concreto), pagas un depósito (Pfand) que viene desglosado en el ticket de compra. Por ejemplo, una botella de Coca-Cola de 1 litro, de 89 céntimos, lleva 15 más de depósito. Las de cerveza suelen llevar de 8 a 12 céntimos, y las grandes cuestan 25 céntimos más.

Para recuperar la fianza, hay que ir a cualquier supermercado (importante) y buscar unas máquinas grandes y ruidosas. Allí vas metiendo botellas, van leyendo los códigos, y te van sumando. Al final, te sale un vale por el importante de los depósitos, para gastar en ese supermercado (nunca devuelven el dinero en efectivo).

A mí me parece que perjudica a los que reciclan sin que se lo exijan (como hacemos la mayoría). Digamos que en España reciclas a tu ritmo, y aquí tienes que estar más pendiente de ir, buscar una máquina libre y perder el tiempo de meter las botellas de una en una. Y luego de no perder el vale… Por otra parte, se obliga a todo el mundo a reciclar, nadie quiere regalar dinero. Está claro que tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Y luego cuando compras una botella de algo, suele estar toda viejuna. Eso sí que no me parece bien. Que reciclen como quieran, pero tú te compras una de Coca-Cola original, y está toda gastada por fuera. No me hace ninguna gracia.

Eso es to, eso es to, eso es todo amigos (5 folios de Word, para cuando convalidéis).

Más y más papeles y viajes (27/28-oct) 1/2

El lunes transcurrió sin pena ni gloria. En el trabajo seguí metiendo horas al juego, buscando los textos más recónditos, y alguno raro sí que encontré.

Pedí un flex-time para ir hoy (martes) al banco, ya que tenía la cita a las 5 de la tarde.

Al salir de Nintendo, mi meta para el lunes era solucionar de una vez el tema de la lavandería. Le pregunté a María otra vez, y de nuevo subimos a casa de mi vecina de abajo, que ella conoce un sitio, pero de nuevo no estaba. Una cosa, ¿por qué cuando he dicho “vecina de abajo” os la habéis imaginado todos de mi edad? A mí también me pasaría, pero tiene 40 años. Al lado de ella sí que hay una estudiante de mi edad.

Como no hubo avance en el tema de la lavandería, María me dijo que para la primera vez, ella me lavaba la ropa. Le intenté hacer entender que vale, que genial y muchas gracias, pero que dentro de una semana yo seguiría con el mismo problema. No os creáis que nos entendimos a la primera; costó un rato.

Me dijo dónde estaba la lavandería (¡si eso era lo que yo quería saber desde el principio!) y me fui a echar un vistazo. La tengo a unos 10-15 minutos, justo donde el mini-Zeil y donde tengo la sucursal del banco, así que parece que tendré que ir bastante por esa zona. Desde fuera me pareció la típica lavandería americana. Lo comprobaré dentro de una semana o diez días.

A la vuelta entré en el Plus a por un espejo que vi, para ponerlo en el baño, porque el que tengo está en un costado y hace que afeitarse sea un poco “malabarístico”. Cuando llegué a casa, al espejo le faltaba el gancho con ventosa para colgarlo, pero no, no fui a cambiarlo. Que le den a Frankfurt y a sus productos defectuosos. Por los 5€ que me costó, me esperaré a que mis padres me traigan Blu-Tack y lo pegaré a piñón. Ya vale de cachondeo.

Por la noche preparé todos los papeles necesarios para el banco, y alguno más, por si acaso iban a pillarme; que ya me empiezo a conocer estas cosas.

Mientras cenaba, me tragué 1 hora de boxeo en Eurosport. No sé porqué, me engancha. No era sólo boxeo, también había kickboxing y cosas así. De esas que hacen Iñaki y Pablo en el polideportivo de Logroño, pero bien hechas; como hombres de verdad (¡toma!) (ahora comprobaremos que Iñaki lee el blog pero sólo comenta si se le hace mención directa, y que Pablo no lee el blog, a menos que alguien le avise de que se le hace mención directa).

Antes de pasar al martes, algunas cosillas. Me he dado cuenta de que el uniforme oficial de las tías que están buenas aquí son las botas hasta las rodillas, medias, mini-falda, lo que sea, y gorro. Van todas como un calco de la anterior. De momento, las que he visto con ese uniforme, ninguna era fea. Seguiré trabajando en esta observación.

Hoy martes ha habido novedades en el trabajo: fin del proyecto. En realidad, el proyecto va a seguir a una de sus últimas fases, pero los que estábamos ayudando ya no tenemos que seguir, así que ahora toca otro periodo que puede ser un día o un mes, como “not related” (sin proyecto).
Según nos han dado la noticia, todos hemos ido a comprobar nuestras consolas, a ver qué otros juegos tenían. Ha habido gente con suerte: Mario Kart, Zelda, Paper Mario, Mario Galaxy… Otros que ni fu ni fa: Doctor Mario, Resident Evil y luego yo: uno de Pokémon (no voy a decir el nombre concreto porque no estoy seguro de si ha salido al mercado).

Qué suerte que tengo. Me toca un juego de Pokémon más infantil que Leticia Sabater y encima no lo entiendo. Mañana le dedicaré más tiempo, pero o tengo un retraso mental muy avanzado, o el juego es más aburrido que un quinito con agua. Próximamente, la respuesta.

No obstante, quizás mañana recuperemos las consolas que teníamos hace 10 días. El último que entró nuevo, que lo tengo 2 sitios a mi izquierda, está jugando al Zelda. Como me haya borrado el savegame va a flipar.

A las 4.15, una hora antes que el resto gracias al flex-time, me he pirado. A todo correr he ido al piso, y he empezado una de las tardes agobiantes que espero pasar pronto.

Le he bajado a María la ropa para lavar, y me he marchado corriendo al Commerzbank. He llegado justo a la hora. Justo a la hora de que el comercial empezase a sacar papeles en alemán quiero decir.

Así que, como me dijeron en su día, se supone que tengo una cuenta sin gastos de mantenimiento, con una tarjeta de crédito y con gestión on-line en inglés. Y también se supone que me van a dar 50€ de regalo de bienvenida. Es decir, el chollo de los chollos. Los españoles que abrieron en otros bancos están pagando entre 4 y 8€ al mes de mantenimiento y con servicio on-line en alemán. Como suelo decir, me la clavarán. Falta ver dónde. Próximamente también, la respuesta.

Entre firma y firma me daban ganas de decirle: oye, sinceramente, no me regaléis los 50€, pero no me des sorpresas, por favor. La tarjeta me la mandarán por correo, lo cual me abre un nuevo problema que será otro objetivo para finales de esta semana o la que viene: el buzón. Yo por ahí voy dando mi dirección como Röderbergweb 172, 3º, pero desde luego en el buzón de fuera no pone mi nombre. Ni siquiera pone 3º. Así que voy a tener que hablar con María a ver si no le importa que ponga mi nombre ahí, aunque sólo tenga llave ella… en fin, otro marrón que no me apetece nada, pero es lo que hay. Sólo falta que se me pierda la tarjeta (también, mandarla por correo manda coj****).

Según he acabado en el banco, he vuelto al piso, a recoger la colada. Le quedaba un cuarto de hora, así que María me ha invitado a entrar. Me ha acercado una silla, me ha puesto un zumito multivitamínico y se ha puesto a rajar. Yo miraba de reojo el reloj de la lavadora. He llegado a pensar que estaba trucado…

Que conste que la señora es majísima. De hecho es la alemana más parecida a mi abuela que he visto. En la forma de hablar (en el fondo, no en la forma), intereses, en la inquietud…

Me ha dado mi ropa y he subido a tenderla. Tengo un tendedero de los de interior. Lo que me falta es en sí el interior. Lo he puesto en el baño, y ahora creo que tendré que mear por la ventana hasta que se seque la ropa, pero de nuevo, es lo que hay. Veréis en fotos que no exagero mucho. [Continúa]

Domingo deportivo (26-oct)

Hoy al levantarme he puesto la tele, para pillar algo de deporte, que ya tenía ganas. El problema es que no me cuadraba la programación del periódico con lo que veía, hasta que me he dado cuenta de que ayer se cambiaba la hora. Menos mal que me ha dado por mirar la tele…
No he recibido ningún mensaje en el móvil, lo cual significa que el Barça ganó. Le dije a mi padre que si perdía me escribiese. No ha habido suerte.

Hasta que han empezado las motos, me he dedicado a fregar, y me ha surgido una duda: ¿los platos se lavan por fuera? Yo creo que la gente sí que los lava, pero creo que no tiene mucho sentido. Yo no los mancho por fuera. Creo que voy a seguir mi instinto y voy a ahorrarme el 50% del trabajo al fregar.

Ahora que llevo 10 días en el piso, puedo sacar algunas conclusiones, que comparto con vosotros que para eso son mis amigos y me aguantáis :)

Ventajas:

Estoy cerca de todos los sitios. Estoy a 4 paradas de Hauptwache (y a 3 de Konstablerwache, que también es el centro). Desde mi parada (Parlamentsplatz) hasta Hauptwache me cuesta 5 minutos de reloj. Para ir a Nintendo, luego tengo que coger otro metro, otras 4 paradas, que me cuesta 6 minutos. Por tanto, incluso en el peor de los casos, siempre llego a trabajar en menos de 20 minutos. Es un lujazo. En Logroño me costaba 13 desde que salía de casa.

La cocina funciona y el frigorífico también.

Son 21 metros cuadrados, pero ahora mismo tengo 7 cajones y un armario sin usar, o sea que aún me sobra.

Puedo ir en menos de 10 minutos andando a una farmacia, una panadería, supermercados, mi (futuro) banco, almacenes, dos parques y un palacio de deportes.

En el precio del piso está el agua caliente, la calefacción, electricidad, luz, etc. incluido. Pensaba que no, y me supone un ahorro importante.

Creo que he conseguido un precio tan bueno tan cerca del centro de Frankfurt por ser una buhardilla, sin embargo, no me molesta apenas. Ya veréis en fotos que está todo muy bien pensado.

Inconvenientes:

Mi parada de metro es de las pocas que no tiene escaleras mecánicas, por lo que cada vez que voy o vengo, subo o bajo 82 escaleras. En realidad, hay ascensor, pero no me suele apetecer esperarlo.

Aunque esto le pasa al 80% de la población, por mi parada sólo pasa una línea de metro (la U7). Cuando voy a trabajar, en Hauptwache, hay 3 metros (el U1, U2 y U3) que van a la parada que quiero, con lo cual es más fácil pillar uno rápido. Quiero decir que cuando yo necesito un metro desde o a mi casa, puedo tener que esperar 10 minutos (o 20 en el peor de los casos, a partir de las 10-11 de la noche).

Para subir al piso también son escaleras. Son unas cuantas, y sobre todo las últimas son muy altas y estrechas. No es muy agradable cuando vengo con compra, y siempre suelo entrar en el piso con la lengua fuera.

No hay ningún ciber-café cerca. El más cercano es al que voy, 20 minutos andando o 2 paradas de metro. Este inconveniente de todas formas no durará mucho…

No funciona la lavadora. Quizás me sea más cómodo si encuentro una lavandería y no es cara, pero de momento, no puedo lavar mi ropa.

Así a botepronto, creo que es todo. ¿Qué os parece?

Antes del inciso, os comentaba que he visto las tres carreras de motos, ya tenía ganas. Por lo que respecta al alemán, me ha servido básicamente para repasar los números. Cada vez que decían una diferencia “Loguentso null komma vier und Pedgosa null fünfundzweizig”.

Después de comer he visto un rato ”Das Super Talent”, que como podéis imaginar, es Factor X. Además, como en España, el jurado también es un aplumado, una maciza y un chulo. En este caso la maciza no está muy buena… es Sylvie Van der Vaart… ejem... ejem… ay, qué tos más tonta me ha entrado.

Otro programa que he visto anunciar pero aún no he tenido la oportunidad de ver es “Bauer such Frau”: Campesino busca mujer. También es bastante explicativo, y las imágenes me recuerdan siempre a cuando pusieron a Paris Hilton y otra amiga retrasada suya a ordeñar vacas y esas cosas. Creo que estará divertido. Y por descontando, ninguno de los que salen en el anuncio va a pillar. Eso fijo. Al menos sin talonario Deutsche Bank.

Tras la gran sesión de tele, he estado 2 horas estudiando alemán. He acabado sin saber si me llamaba Eduardo o Goddofrieden. Con el alemán no queda otra que machacarlo.

Hasta las 8 que me iba al ciber-café no me quedaba mucho que hacer, así que he repetido cine. Total, cuando tenga internet iré bastante menos, así que tengo que aprovechar. He elegido la de Hellboy 2. Ya la vi en España, pero me encantó y no me importaba nada verla en versión original.
Una noticia: el jueves 30 vienen mis padres. Se van a quedar hasta el domingo. Es una visita de supervivencia básicamente, ya que la visita oficial turística será más adelante. Yo ahora puedo llevarles a los sitios importantes de Frankfurt, pero ni sé la historia, ni sé los horarios, los precios, ni cuándo es mejor visitarlos, etc.

La verdad es que va a parecer un viaje de ayuda humanitaria: un cargamento de jamón serrano, chorizo y salchichón, linterna, ropa, manta… Casi todo lo podría conseguir por aquí, pero más caro normalmente. Y luego hay otras cosas que simplemente sé que tenemos en Logroño, y no es cuestión de comprar por comprar.

Iremos de compras, y me imagino que mi padre se irá directamente a la sección de libros, porque de la que no me voy a despegar es de mi madre. Tenemos que comprar todo lo relacionado con limpieza, menos escoba, fregona y líquido lavavajillas que ya tengo. Y por supuesto, comida. Me ayudará a identificar los buenos productos y heredaré los típicos trucos de la Asociación Internacional de Amas de Casa Profesionales, tipo “estas cosas suelen caducar rápido, vigílalo” o “los huevos, que suenen al agitarlos” (me la acabo de inventar) o “la lechuga que tenga vetas marrones en la raíz”.

Para todas esas cosas, iré yo con una libretita apuntando, porque lo cierto es que en Logroño ya me hizo un training de 10 días, pero me di cuenta de que sin querer, me entró por un oído y me salió por otro. No sé porqué.

Me di cuenta el primer día que llegué al supermercado y para comprar huevos, me encontré con una estantería completa. 5 ó 6 tipos diferentes…

Así que el jueves según salga de trabajar me iré a buscarlos al aeropuerto. Va a ser la primera vez (de una laaaaaarga serie) que voy a por alguien al aeropuerto. Va a ser emocionante. Miedo me da la primera impresión del piso… “¿¡pero aquí vives?!” En cuanto les explique la organización interna y el funcionamiento, les gustará más. Os va a pasar a todos. Es que estamos acostumbrados a nuestras mansiones españolas…

Sábado en casita (25-oct)

El sábado por la mañana, para variar, me dediqué a hacer compras. He estado revisando los tickets que tengo guardados desde el 13 de octubre, y todos los días he hecho compras en 2 o más sitios. Sin excepción. Ya pronto se cambiará la tendencia, más que nada porque si no voy a tener que trabajar hasta los domingos para pagar todo.

Lo prioritario para el sábado era: toalla de baño, cubo y fregona y diccionario mastodóntico de alemán.

Me fui primero a lo seguro. Cubos de fregona hasta ahora sólo había visto en el Rewe de debajo de Nintendo, así que me fui allí. Lo compré, y claro, tuve que volverme a casa a dejarlo, porque no era plan de ir por las otras tiendas con el penco cubo y el resto de cosas que compré (básicos como Coca-colas de gominola, más pistachos y pasta).

Descargué, y al segundo viaje. Destino, cómo no, el Zeil de la parada de Hauptwache. Para comprar el diccionario, ya había fichado el otro día la librería más grande de Frankfurt: el Hugendubel. A mí me suena a chicle de fresa gigante, pero bueno.

La verdad es que la librería, pequeña no es. Son 5 pisos, sólo de libros. Hay unas secciones de ingeniería que flipas, y la de idiomas, ni te cuento. Encontré los diccionarios y me gustó uno, el mítico para alemán “Langenscheidt”. De hecho, el que me traje de España es de la misma marca, pero pequeño. Me lo compré. Para que os hagáis una idea de lo que pesa, el día que vuelva a España tendré que comprarle billete, no creo que me lo dejen facturar, pero es que ya estaba harto de buscar palabras en el otro y no encontrarlas. Mejor así. Que ningún pequeño detalle me impida aprender alemán.

También me compré una especie de ruleta de verbos irregulares, un resumen de conjugaciones, un póster con datos sobre Alemania y un libro de lectura con CD: “Der Fluch der Mumie”. Nivel A1. Básico de lo básico.

Tenía bastantes ganas de saber algo más de Alemania, qué estados tiene, qué ciudades son las más importantes, qué ríos pasan y cosas así. No es sólo por curiosidad. Por ejemplo, yo puedo ver en una frase “Rheinland” y pensar que es algún adverbio, como Ausland (en el extranjero). Sin embargo, ahora ya puedo saber que es uno de los estados. No sé si me explico… :)

Para los que sintáis alguna curiosidad, éstas son las 5 ciudades más pobladas de Alemania, por orden: Berlín (3.400.000), Hamburgo (1.750.000), Munich (1.260.000), Colonia (1.000.000), Frankfurt (700.000). Luego vendrían Stuttgart, Dortmund, Düsseldorf, Bremen, Hannover…
Yo desde luego no ubicaba a Hamburgo como la segunda ciudad de Alemania, ni a Colonia por delante de Frankfurt. Ya he amortizado los 3 euros del póster.

Antes de irme a casa, busqué toallas en el Woolworth. No encontré, pero sí un albornoz. Ya hartito de la puñetera toalla, lo compré. Por fin he solucionado ese problema. Ahora saldré todo sexy con mi albornoz de la ducha. Pensándolo bien, con el frío que hace aquí, es mejor que una toalla.

Me preparé una pasta para comer. Me salió bastante bien. Me congratula decir que ya puedo preparar una comida y una cena decentes sin problemas. Ahora me queda el problema de evolucionar y aprender más cosas, porque si no me voy a enhuevar, empatatar, ensalchichar y empastar. Éste será un objetivo a partir del día que ya tenga internet en casa.

Por la tarde decidí irme al cine de versiones originales. Vi que echaban “Blindness” (no sé cómo la han llamado en España) a las 7.45, y podía estar bien. Salían Mark Ruffalo y la enfermiza Julianne Moore. No son mis favoritos, pero actúan bien.

La peli fue un poco rara, pero al final me gustó bastante. Resumiendo y sin desvelar nada, trata de una epidemia de ceguera, que se contagia como la gripe, y a los ciegos los van metiendo en un internado, a modo de cuarentena, pasando absolutamente de ellos. Es superagobiante, el caos que se genera, las peleas, la supervivencia… Sorprendentemente, la recomiendo.

Lo mejor de todo es que tenía subtítulos en alemán. Eso sí que no me lo esperaba. El momento gracioso de la película, fue cuando una de las parejas protagonistas, que eran japoneses, se tiran 5 minutos hablando en japonés, y claro, la gente lo seguía por los subtítulos en alemán. Os podéis hacer una idea… Como si me ponen una peli serbia con subtítulos en nigeriano. Parecido.

Sin embargo, para el resto de la película estuvo muy bien el tema de los subtítulos, porque aprendí cosas. Por ejemplo, decían mucho “Oh my God”, y yo veía que en alemán lo ponían como “Mein Gott”. Y así aprendí unas cuantas frases.

Al salir me volví a mi cine particular, a ver James Bond. Como van a sacar una nueva, ahora en la tele tienes en cualquier cadena, cualquier día, cualquier peli de 007. Y también muchas de terror. Veo aquí a la gente muy concienciada con Halloween, muchos posters, anuncios y decoración. No sé si la gente se disfrazará y pasará por las casas. Ya os contaré.

Eso sí, aquí el 1 de noviembre no es fiesta, porque este estado (Hessen) es protestante, y no lo celebran. Para ver si un día es fiesta en Alemania, tienes que elegir un estado, y luego ya aparecen los días festivos según la religión oficial del estado.

Eso me recuerda también que antes de ir a hacerme los papeles al Bürgeramt, me comentaron que me preguntarían por mi religión, y si era protestante o católico, me descontarían un porcentaje de mi sueldo para apoyar a esa Iglesia (parecido a lo de España). Así que había que decir que no eras nada religioso.

Antes del cine (lo había olvidado) me compré el Frankfurter Neue Presse, el periódico local. Ya me sentía preparado, después de 2 semanas aquí. Quería ver más que nada si aparecían los médicos, la cartelera de cine y la programación de televisión.

Me sorprendió que, como en otros países, aquí el periódico también va como en fascículos. No sé si sabéis a lo que me refiero. Es como si coges el diario “La Rioja” y le sacas la sección de deportes, luego la de sociedad, luego la de internacional…y las apilas todas juntas una sobre otra. No le pillo el sentido. Es incomodísimo. Se te caen fascículos por todas partes, se desordenan… de verdad, no lo pillo.

En la sección de deportes estos días siempre aparecen Ballack y Löw (seleccionador de Alemania). De momento sólo pillo trozos de las noticias, así que no sé qué pasa exactamente, pero sé que andan “que te perdono”, “que me perdonas”, “que vuelvo”, “que no”. Alguna desavenencia tipo Raúl-Aragonés será.

Por cierto que el otro día vi en Eurosport un resumen de la jornada de Champions, y salía Aragonés en rueda de prensa arrascándose las orejas por dentro, como siempre, y traducido al alemán. Era gracioso.

También en los deportes vi que el Eintracht Frankfurt ganó su partido atrasado (1-2), así que ha subido al puesto 15 de 18. Y hoy ha ganado en la Bundesliga (2-3), así que desde que me metí con él, ha ganado todos los partidos (siempre jugando fuera y por un solo gol). Creo que acabará la jornada en el puesto 14. De todas formas, cuanto más abajo, más baratas serán las entradas cuando vaya a verlo…

Otra cosa, me han dicho que aquí las que son buenas son las del fútbol femenino. Van las terceras en primera división. Y también deben de ser buenos los del hockey sobre hielo. Creo que dentro de un par de semanas podrán entrenar en la calle.

En la predicción del tiempo, daban para el sábado entre 5 y 14 grados, y bajando hasta el próximo jueves, que estaremos ¡entre 0 y 7! ¡Nooooo! Voy a ir haciendo el “warm-up” de los guantes, la braga y el gorro.

Por la noche, a falta de plan, me customicé el protector que hice para el microondas. Resulta que lo puse justo al lado de la fregadera (porque no había otro sitio), así que puse un cartón al lado para que no le salpicase agua. Como quedaba muy soso, he ido recopilando recortes de revistas, sobre todo de cine, y lo decoré. Ahora la cocina está mucho más personalizada.

domingo, 26 de octubre de 2008

Evolución (24-oct)

[De nuevo en el ciber, de nuevo 4 post nuevos. Si alguien lleva más de 3 días sin entrar, que sepa que tiene 8 post para leer. Y no me vengáis con excusas! Yo me leo cualquier cosa que me mandéis al correo! :) Estos post ya tienen información fresquita, fresquita. Mientras los voy subiendo, estoy coreando los goles del Villareal (madre mía el Atleti...) y oiré la primera parte del Real Madrid-Atlethic. Del resultado me tendré que enterar manyana en el curro. Nos vemos.]

Ayer (viernes) me propusieron el primer plan de fin de semana. Después de trabajar iban a quedar en un parque para estar un rato charlando. Luego me imagino que saldrían.

Iba a ir, pero me lo dijeron en el descanso para comer, y yo por la mañana ya había comprado cosas en el supermercado, y tenía que pasar por casa para dejarlas. Aún así pensaba ir… pero al llegar a casa, me pilló María por banda, y ya no me soltó. Es como las caseras de las pelis, está siempre atenta y en cuanto subes o bajas, sale como un rayo. Aunque a diferencia de las pelis, a mí no me sale a cobrarme, sino a darme charla.

Se me pasó la hora, y ya me dediqué a seguir haciendo compras. Siempre tengo que comprar cosas, y la lista no se acaba nunca…

Lo más urgente era una toalla, jabón de manos y un cubo para poner las bolsas de basura. Como no me apetecía volver al Zeil (el Zeil, por si no lo he comentado nunca, es la calle peatonal que va entre las dos estaciones principales de metro, Hauptwache y Konstablerwache, y donde se encuentran todas las tiendas importantes), me fui al mini-Zeil, que es como le llamo yo (y sólo yo) a una zona muy parecida al Zeil, pero sin tanta gente, que está a unos 8 minutos andando de mi casa.

Hablando de gente, aquí estoy curando mi horror a las aglomeraciones a base de bien. Es como esas técnicas que cuando a alguien le dan miedo las arañas lo meten en una urna con 20 de estos bichos. Pues esto igual. ¿No te gusta la multitud? ¿Te gusta ir tranquilo y sin agobios? Pues vete a Frankfurt a trabajar. Los mejores ejemplos se encuentran en Hauptwache entre las 7.45 y las 8.45 de la mañana y en el Zeil entre las 5.30 y las 7.30 de la tarde. Imposible andar sin tropezarse. Menos mal que soy español y para mí existen también las 8, las 9 e incluso las 10.

Siempre que puedo voy a comprar sobre las 9 (a los pocos sitios que quedan abiertos), y ya con la mayoría de los alemanitos cenados y hasta durmiendo, me hago mi shopping tranquilamente.
Decía que tenía que comprar unas cuantas cosas. Entre al Woolworth, no las encontré pero compré un calendario. Entré al Aldi, no las encontré pero compré pistachos y una especie de chorizo pequeñito. Entré al BackWerk, era una panadería, así que no encontré lo que buscaba pero sí una baguette. Entré al Schlecker y al menos encontré el jabón de manos. Y en el Saturn compré el cable para la antena.

El resto, un día más, pendiente. Sobre todo tiene delito el no tener toalla de ducha, que ya me he secado 3 veces con la otra.

En casa, puse la tele en marcha. Funcionaba. Me sentí que había subido de nivel. Desde que llegué a Frankfurt ha sido como el típico juego en el que vas evolucionando, y aún estoy en una fase básica, pero ya estoy mejor. Éste ha sido hasta ahora el desarrollo de mi juego:

Nivel 0: En hostal. Sin pertenencias de valor.
Nivel 1: En piso. Sin pertenencias de valor.
Nivel 2: En piso. Con microondas.
Nivel 3: En piso. Con microondas, manta, sartenes, aceite y sal.
Nivel 4: En piso. Con microondas, manta, sartenes, aceite y sal, estufa, patatas y huevos.
Nivel 5: En piso. Con microondas, manta, sartenes, aliños, alimentos básicos, estufa y televisión.

En el 5 estoy ahora. Mis próximos saltos son: la cuenta del banco (Nivel 6) e internet (Nivel 7 y 8).

El resto de niveles se van adquiriendo a través de comodidades, es decir, controlar mejor los tiempos de los metros y así dormir más, conocer las sesiones del cine de versión original, localizar una lavandería, farmacia, comisaría...

Poco a poco.

Por cierto, creo que no conté el día que me compré la estufa. Bueno, resulta que la calefacción es un poco lenta, y cuando me despierto a las 7.30, hasta que me visto me congelo, así que decidí pasarme por el Saturn a comprarme una pequeña estufa.

Procedí como hacemos los pobres: localizar sección, identificar ordenación por precios, acudir al primero por la izquierda (o por la derecha). El artículo a comprar siempre tiene que ser el primero o el segundo. El tercero ya es un capricho, es para niveles superiores.

Así que me compré una estufa Honeywell, de las de MielBien de toda la vida. Llegué a casa, la enchufé… ¡y empezó a echar humo! ¡Nooooooo! ¿Por qué? Antes de rendirme, la apagué y la volví a encender, como hacen los informáticos. Pero mi fuero interno me decía que si algo se estaba quemando, al volverla encender continuaría la combustión.

Efectivamente. Comprobado. Seguía quemándose. Antes de ir con un puñado de plásticos derretidos, la apagué, la embalé y marché al Saturn. De nuevo, como con el microondas, tuve una suerte que no me esperaba y me la cambiaron sin ningún problema. De nuevo, a un modelo de otro color.

Eso ya me hace pensar. Igual en estos grandes almacenes tienen la más barata que no funciona, de gancho. Y habrá gente que se la compre, y por pereza o por pensar que no se la van a cambiar, no la devuelva. Y así hacen negocio. Qué perros…

Como iba comentando, ya conseguí tener tele funcionando. Aún no he identificado muy bien los canales, pero tengo unos 12-15 diferentes, incluido el EuroSport. ¡¡Por fin voy a ver deporte!! Tengo un mono… De hecho, así para empezar, me vi un partidito de la Bundesliga entre dos desconocidos. Y luego, el viernes de cine: James Bond, el mañana nunca muere. No sé cómo le respetan con lo mal que se le entiende. Mucho mejor el 007 en español.

Después de una dura semana, me fui a la cama prontito, a las 11.30.

Una cosilla, para los Runners y Pablo e Iñaki, es decir, los frikis de correr por ahí por amor al arte. Este fin de semana es aquí la maratón de Frankfurt. Está anunciada por todos los sitios. Si os apuntáis, yo cuando terminéis os llevo un batido de leche calentito.

Ya sé que para cuando publique el post habrá pasado, pero tenía que comentarlo.

Soy legal (22/23-oct)

Ayer seguí con mi racha de bugs, llegué hasta los 9. Al principio no me hacía mucha gracia el juego en el que estoy, pero poco a poco me voy enganchando… aunque nunca será de mis favoritos.

El plan para la tarde era ir a la lavandería a ver cómo funcionaba, descansar un rato en casa y conectarme a internet, así que cogí directamente el metro desde Nintendo y fui para casa sin parar por el centro, cosa rara en los días que llevo aquí.

Por cierto, quería comentar algo que se me olvida siempre. Aquí, como en otros países de Europa, no hay tornos para entrar al metro, así que se supone que puedes comprar un billete o no. El caso es que si te pillan sin billete válido tienes que pagar 40€ en el momento.

Mi idea era fijarme las primeras semanas a ver qué hacía la gente y después ver si yo compraba billete o no. Los que me conocéis bien sabéis que soy bastante legal, o sea que normalmente prefiero pagar aunque sólo sea para viajar tranquilo.

Pues bien, si llevo 10 días aquí, me han revisado el billete ¡5! Como para no llevarlo…
Estaba comentando que fui a la lavandería. Desde fuera sólo vi trajes limpios y sólo una lavadora, así que tenía más bien pinta de tintorería. Entré para que me lo explicasen en inglés, pero apareció una señora mayor para atenderme… y me dijo que no hablaba inglés.

No sé porqué, no había previsto esta situación. En mi cabeza estaba claro que iba a salir una chica joven y me iba a decir “yes, you can wash there just by putting a 2€ coin in it”, y tan contentos.
Y ahí estábamos los dos, ella con la vida hecha, en alemán por supuesto, y yo con mi escaso y no relacionado con la lavandería vocabulario de alemán… Le hice unos gestos de “lavar” y señalé la máquina, y ella me contestó con una palabra en alemán. Larga y confusa. Estábamos como al principio… Así que decidí marcharme y volver con mejor información, pero claro, tampoco podía irme sin más. Quería decirle algo amable… Vaya rato pasé… Al final, y con un esfuerzo horrible entre palabra y palabra me salió un “Ich….. komme…. morgen… mit… Wörterbuch” (yo vengo mañana con diccionario). Me quedé expectante, se rió y asintió, o sea, que acerté. Al final me fui contento y todo.

Ya en casa observé la pila de ropa usada, que aumenta y aumenta cual sala de trofeos del Real Madrid y le dije “otro día será”.

Me puse a preparar todo el papeleo para ir al Bürgeramt, a registrarme. Al día siguiente salía de trabajar a las 5.17 y cerraban a las 6, y en el ensayo general que hice hoy llegué a las 5.40, así que más me valía tener todos los papeles necesarios o no me daría tiempo. Puse todo junto en una carpetita, y me fui al ciber-café.

Mientras le caían al Basilea los miles de goles del Barça y el Atleti hacía sufrir a sus seguidores, como siempre, yo contestaba e-mails, hablaba con mis padres por el Skype, hablaba por el MSN, buscaba información sobre Frankfurt…

Al volver a casa perdí el metro por 30 segundos y tuve que esperar 15 minutos. Es la gran pega de los metros de aquí fuera de la hora punta.

Hoy me he levantado con el insinuante sonido de las gotas de lluvia sobre el tejado del edificio (que es también mi techo). Tengo la información más actualizada del mundo sobre las precipitaciones en Frankfurt am Main, al segundo.

En el trabajo, en todo un día, sólo he conseguido encontrar un bug. Está claro que el juego ya está muy depurado, y creo que ya nos queda poco de trabajar con él. Eso sí, el bug de calidad. Me lo he encontrado accidentalmente (haciendo algo que el personaje normalmente no hace). El problema es que ya es muy tarde para corregir algunos tipos de errores, así que me temo que así se quedará. Quizás lo vea dentro de unos meses en algún foro, encontrado por algún friki que lo habrá buscado desesperadamente, y gratis, por supuesto, para ser el primero en ponerlo en su foro de www.submundo-friki.frk; esos sí que son frikis de diccionario.

A mediodía, alegría, y también nos ha venido el “entrenador” a decirnos a los más nuevos (menos de 2 semanas) que íbamos a tener un meeting con el manager de toda la sección de traducción, calidad, artwork y manuales.

Hemos ido a la oficina de este individuo. Era una oficina soñada: todo figuritas de Nintendo, juegos, consolas, un pantallón… guapísima. Y la PS3, por cierto.

Nos ha estado contando que ellos confían en nosotros y debemos corresponderles con trabajo bien hecho, que él empezó como nosotros, de game tester y más cosas. Aunque parecía tópica, ha sido interesante. Ha sido un puntazo cuando ha empezado a decir que estos días se estaba viciando al Soul Calibur de la PlayStation 3 y que la traducción era una mierda (“crappy translation”). Decía que era un ejemplo de lo que teníamos que evitar. Ya tengo curiosidad por ver el juego, aunque quizás sea sólo la traducción alemana la que flojee.

El punto patético ha sido cuando nos ha mandado presentarnos. Ya nos avisaron de que le gusta conocer uno a uno a todos los que trabajamos allí, así que nos ha pedido que dijésemos nuestro nombre, nuestro país de origen y porqué trabajábamos allí.

Nos hemos ido presentando todos, hasta que le ha llegado el turno a una española, bueno, vasca. Resulta que dice “I´m Naiara, I´m from Basque Country”. Tócate la gaita. ¿Ha dicho el italiano que es de la Toscana? ¿O el francés que es del valle del Loira? ¿Y el alemán que era de Baviera? No. ¿Y yo que soy riojano? Tampoco. Nos han pedido decir nuestro país… Estas cosas me ponen negro. Al menos me queda el consuelo de la cara que ha puesto el manager, de “será algún país de la selva amazónica”. Ya sabéis que yo no entro en política, porque sería demasiado, pero esto me revienta. Que yo estoy orgullosísimo de ser riojano, pero si te preguntan tu país, pues dices “Spain”. S – P –A –I – N. Además me acuerdo como si fuese ayer cuando otra española hizo lo mismo en el campo de trabajo de Estados Unidos. Ahí aún fliparon más.

Y que conste, para terminar con el tema, que no tengo nada en contra de los vascos. Y para muestra, los dos auténticos pedazos de cracks que conocemos: Iñaki y Vasco. Como para tener algo en contra de su origen.

Lo que me confunde también es que esta chica es maja, es decir, es de las que está en mi zona y hablo con ella y no es muy radical ni nada. Parece inteligente. Por eso me fastidia más que se le escape ese “detallito” que el alemán no entiende y al resto de españoles puede joder.

Después del estrés momentáneo, hemos vueltos a nuestros cubículos. Allí me he enterado de que si tenemos dudas con algún texto, podemos consultar o discutir con los traductores directamente, así que me han presentado al de español: Pablo (gran nombre, lo pondría en negrita, pero es que no tengo). Hemos estado hablando un ratillo de un tema que a mí me parecía error y él había puesto en el informe que no era. Es un chaval muy majo.

Poco a poco han ido llegando las 17.17 y me he empezado a estresar… ¿me dará tiempo de hacer los papeles? Si no, la he cagado. En cuanto nos han dado el grito de libertad, he salido pitando y pillado un metro como en las pilas, bajando las escaleras a todo correr y entrando entre la última rendija de las puertas.

He llegado al Bürgeramt a las 5.35, antes que en el ensayo general de ayer. Me han dado el número 1337. He subido a la sala de espera… y parecía la T4 de Barajas. ¿Pero dónde vas sin gente? Miro a ver por qué número van… 1280. Como dicen los alemanes… ¿¡¿¡Was?!?!?! ¿¡Qué?! Eran las 5.40 y tenían que pasar 57 números, lo he visto crudo.

Sin embargo, me he dado cuenta de que tenían 46 mostradores para atender, así que los turnos iban rapidísimos. Cuando ya me estaba quedando sin uñas para morder, a las 5.55, me han cogido. He hecho los papeles, después de varios intentos (me ponían los apellidos al revés, el piso 30 en vez del 3…). Así que me he ido todo contento, con mis papeles.

YA SOY LEGAL.

Ya tengo mi registro en el Ayuntamiento de Frankfurt, mi permiso de trabajo de ciudadano de la UE y mi hoja de declaración de impuestos alemanes. Además me han dado una funda de “Stadt Frankfurt am Main” llena de cupones de descuento, mapas, información… Muy chula y muy completa. Se lo han currado.

Ni que decir tiene que todo lo he firmado rápido y en alemán. Ahora en casa estoy intentando entender algo y me encuentro con: Berufsausbildung, Steuerklassenwechsel, Einkommensteuerveranlagung (!), Arbeitnehmerpauschbetrag y otras joyas. Me encanta el alemán.

Por cierto que a raíz de estas cosas me he echado hoy unas risas con el alemán que tengo al lado en Nintendo. Por si no lo dije, hay un tipo de bugs que son los “overflow” (desborde). Son muy frecuentes, y ocurren siempre que el traductor, que traduce en papel, publica un texto que luego al jugar se sale de su correspondiente cuadrito, o directamente de la pantalla.

Normalmente cuando ocurre uno de estos hay que cambiar la alineación o directamente buscar una traducción diferente. La solución ya no es tema nuestro. Bueno, el caso es que hoy me dice el alemán que ha encontrado un overflow, y me dice que es muy grande. Los que había visto yo son siempre un trocito de una letra o un par de letras como mucho las que se salen de sus recuadros, pero claro, va éste y me enseña una palabra como las que he puesto antes que se salía por lo menos 5 letras por cada lado. Sí que era grande, sí :) Lo que va a ser grande también va a ser el marrón del traductor de alemán para solucionarlo… no me gustaría estar en su lugar.

Una novedad: tengo tele. Y no me la he comprado. El otro día me dijo María que tenía una tele pequeña en el trastero, y me la ofreció. Por supuesto le dije que encantado. Pensé que iría para largo, pero hoy al pasar por su piso ha salido y me lo ha recordado. De momento no ha encontrado el cable de la antena, así que mañana me iré a un Saturn a comprar, así el fin de semana me puedo dedicar a sintonizar algo.

Bueno, me despido. Antes, para Ángel y Fido, mi supervisor (es decir, por encima de mi coordinador), tiene unos 28 años y un Porsche Carrera. Estamos intentando averiguar qué coche tiene el manager que nos han presentado hoy. Apuesto por un Mazda.

Y otra cosa, hoy estaba repasándome unos papeles, los de la cita del martes que viene en el banco concretamente, y he visto que la carta acaba así:

“mit freundlichen Grüβen”

Ya sabéis de quién me he acordado :) He buscado el significado y es “saludar”. Y la pronunciación es muy similar a Grissom (la ü se hace como las “u” francesas y la beta se pronuncia como “ss”).
Voy a hacerme un bocata de atún con mayonesa, que ya estoy harto de huevos con patatas.

Mis primeros bugs (21-oct)

Hoy me he levantado más tarde de lo normal. Como comenté, había solicitado un flex-time de 2 horas para ir al Bürgeramt a registrarme, pero como no tengo contrato de alquiler, pues no he podido. Genial.

Ya que estaba despierto a las 8 y tenía un par de horas perdidas, me he ido a la búsqueda de la oficina de Alice (proveedor de internet). Estaba al lado de una parada de metro, a unos 8 minutos andando de mi piso. He llegado allí, he dado varias vueltas… y nada. Allí no había oficina. Muy bien, otra en la frente. Da gusto cuando las cosas salen bien.

Por suerte, he dado con una calle que está llena de tiendas; es como el Zeil de Frankfurt, pero en chiquitín. Ha sido un gran descubrimiento, ya que tengo allí Schlecker, Woolworth, Saturn, Aldi, Tengelmann, kebaps, internet… y alguna tienda que no conozco pero que tenía buena pinta.

Y puestos a tener suerte, me he dado de frente con una sucursal del Commerzbank, el banco en el que tengo intención de abrir una cuenta. Y he entrado. Al preguntar a una de allí si sabía inglés, ya ha puesto la cara que tengo tan vista de “mierda, me ha tocado a mí el guiri”. Pues te jo*** que para eso te pagan.

Le he comentado que quería abrir una cuenta, a ver qué me ofrecía, y a regañadientes me ha sacado una propaganda y me ha dado cita para hablar con alguien en inglés dentro de una semana (más retraso para mi integración total). Entre gruñido y gruñido le he entendido que será gratis si supero un mínimo en mi nómina, y que me darán una tarjeta de crédito. Por algún sitio me clavarán, pero aún no sé dónde. En el folleto que me he llevado, que por supuesto no entiendo, encuentro de nuevo palabras sugerentes: Bestätigungsnummern, Sicherheitsvorkehrungen, Reiserücktrittskostenversicherung (ésta definitivamente es de coña).

Después de esta gran noticia (parece que estoy a sólo una semana de tener cuenta en el banco) me he vuelto a mi piso a pagar mi primera mensualidad, la fianza y a recoger mi “contrato”. No me ha costado mucho, porque eran las 10 y a las 10.45 se me acababa el permiso de Nintendo, y no era plan de apurar. Con mi papelito de cuaderno cuadriculado escrito en letra ilegible, en alemán y sin firma (contrato), me he ido a currar.

La verdad es que estaba semi-contento. Avance en internet: 0%. Avance en registro en Bürgeramt: 0%. Avance en bancos: 70%.

En el trabajo he seguido buscando bugs. Hoy ya me he juntado con varios, y estaba recomprobado que eran fallos, así que me he dispuesto a reportar. Embriagado por la emoción, he abierto nuestro generador de informes y he escrito el primero, con todo lujo de detalles. Y al momento, buscando en los 170 bugs, aparecía el último reportado: Eduardo Domínguez. In the file… the text… misspelling… overflows…

Reconozco que ha sido muy emocionante. Como le he cogido el tranquillo, he reportado los otros que tenía pendientes, seis en total. A la hora de recoger he comprobado el estado, y cinco de los seis ya habían sido admitidos por el coordinador, es decir, se iba a informar sobre ellos a las autoridades pertinentes.

Eso sí que ha sido ya el subidón total. Había decenas de bugs rechazados por el coordinador, por mala redacción, por no cumplir los requisitos, por estar repetidos o simplemente porque no eran bugs. Y a mí me habían aceptado 5 de 6, y el último aún estaba pendiente de evaluar.

Con tanta alegría casi le hago una foto con el móvil a la pantalla, lo cual no habría sido muy buena idea…

Y para culminar el día, al salir me han dicho en secretaría que tenía que pasar por mi Agencia. He ido para allá y me han dado mi tarjeta sanitaria. Ya tengo seguro médico, con Mobil BKK. Qué descanso. Ya puedo seguir comiendo kebaps sin miedo a las consecuencias. Me viene además con una cartita con instrucciones en alemán, perfectamente comprensibles y con palabras tan sugerentes como: Krankenversichertenkarte (¡¡¡invocad al Kraken!!!), Reisekrankenversicherung, Anschriftenänderungen o Leistungsangebot. Claro, claro…
Antes de irme a casa, he pasado por el Saturn del Zeil para comprarme una estufa, porque por las mañanas, al levantarme, hasta que me visto me muero de frío (y para 20 minutos no pongo la calefacción porque no calentaría). Me he comprado la estufa más barata: 20 €. Así de buena será, decía yo…

… pero no me podía imaginar que al ir a casa y conectarla iba a empezar a echar humo, a oler a quemado y a sonar raro. No me lo puedo creer. Además todo esto ha ocurrido cuando yo ya estaba dentro de la ducha, y la he conectado para tener calorcito al salir. Increíble.
Pues hala, valor, a vestirme otra vez, escaleras para abajo, frío hasta el metro, 10 minutos de espera porque no es hora punta, subo hasta el tercer piso del Saturn y les cuento mi vida en mezcla de inglés y encabroning.

Vaya electrodomésticos me hacen los Media-Markt y Saturn… Creo que estamos todos de acuerdo en que cuando compras lo más barato de alguna sección, no puedes esperar que dure toda la vida, pero yo creo que al menos un uso debería durar. Vamos, digo yo…
Al menos, también he tenido suerte con el cambio y no he tenido ningún problema, otra estufita y a casa.

¡Ups! Me lo he saltado. En el primer viaje al Saturn, mientras esperaba para pagar he visto un puesto de Alice, ¡justo lo que buscaba esta mañana! Me he acercado, le he comentado al pavo que quería internet, rápido, barato y sin problemas, y me ha sacado unas propagandas.

Me ha ofrecido una tarifa de 25 € mensuales, y luego otra de 20 €, pero con más cosas, y me pregunta que cuál quiero… vamos a ver… soy español, la zona de los aborígenes amazónicos está más al sur… ¡pues la de 20 € con más cosas! ¡cuál voy a querer! En fin… me ha comentado que tendré 16 Mb, teléfono alemán (y mira que le he dicho que no lo voy a usar) y no sé cuántas cosas más. Y que no hay compromiso de permanencia (éste sí que era el punto clave que buscaba).

Y así sin más ha sacado un contratazo en alemán y sin querer, ya lo estábamos firmando los dos. Me estoy poniendo ciego de firmar papeles en alemán. Creo que he podido vender mi alma varias veces… El contrato se queda en stand-by hasta que le lleve mi cuenta del banco. Después vendrán unos técnicos a instalármela. Veo la luz al final del túnel. Eso sí, aquí también me la van a meter y no sé por dónde… intentaré estar preparado. Como dicen las abuelas, nadie da duros a cuatro pesetas.

En la propagando de Alice, cómo no, también he encontrado palabras sugerentes: Durchführung, bestimmungsgemass, Übertragungsgeschwindigkeiten… Después de un día (otro más) lleno de palabras alemanas que me aumentan la miopía, se agradece encontrar otras como: aktion, informieren, internet, Formular, komplette.

Para desengrasar de tanto post y tanta palabra rara, os copio un extracto de las instrucciones del microondas, la versión en español, que me hizo gracia: este aparato no está diseñado para su uso por parte de personas (incluidos niños) con capacidades físicas, sensoriales o mentales reducidas.

Empieza la fase 2 (20-oct)

El lunes empezó la fase 2: papeleo.

La primera semana lo básico era encontrar un piso. No sólo por el hecho de que el hostal necesitaba ayuda humanitaria, sino porque con una dirección fija, podía empezar a conseguir el resto de papeles.

La cosa es así:

Con una residencia fija, puedes pedir los papeles en el Bürgeramt (una especie de registro). Con los papeles del Bürgeramt puedes abrir una cuenta en un banco. Y con la cuenta del banco puedo ir a mi agencia, para poder cobrar, y sobre todo puedo contratar internet.

Así que me hice un esquema de qué día tenía que ir a qué sitio y crucé los dedos (una vez más). El primer paso fue pedir un flex-time en Nintendo.

Esto de los flex-time es un invento que han hecho teniendo en cuenta que la mayoría de los que trabajamos allí somos extranjeros. Cada semana trabajamos 40 horas, pero digamos que 35 son fijas, y las otras 5 son como extras, que se van sumando para gastarlas cuando se quiera.

Así por ejemplo, si yo el martes tenía que hacer “administration”, pues rellenaba una hoja pidiendo dos horas libres, y cuando lo aceptan mi coordinador y luego mi supervisor, pues ya las tengo. Así que de las 5 horas generadas la semana pasada, me gasto 2 en un flex-time para hacer papeleo. Así funciona.

Decía que está pensado para los extranjeros, por que se pueden ir sumando y llegar a juntar días (cada 8, un día), y así facilitar el cogerse puentes o viajes de fin de semana cada uno a su país.
Yo conozco a un italiano que hace lo contrario. Se ve que pasa de ir a Italia, entonces las 4 horas que genera de lunes a jueves, las gasta el viernes saliendo 4 horas antes de trabajar. Desde luego es un sistema también válido, sobre todo si quieres hacer turismo, pero yo no las gastaría con tanta alegría.

Lo que le va a pasar a éste es que nunca tendrá flex-time, y por tanto sólo los 24 días legales de vacaciones al año. Muy poco.

Aprovecho para contar otro tema con las horas en Nintendo. Ya puse en su día los horarios y los descansos, que son uno de 30 minutos y dos de 10 minutos. Pues bien, si en un día hacemos menos de 30 minutos de descanso, Nintendo nos la contaría. No es legal y se la pueden cargar. Pero los otros 20 minutos son de cortesía, y en Nintendo se cobra por minutos trabajados.

Por ello, hay gente (yo incluido) que cuando no necesita realmente un descanso, lo acorta. Por ejemplo, yo lo que estoy haciendo habitualmente es un descanso de 5 minutos, el de comer de 25, y otro de 5. Me ahorro un cuarto de hora.

Y el otro ahorro posible es que aunque entramos a las 8.45, desde las 8.35 se puede fichar. Entonces los días que llegas pronto y no tienes que hacer ninguna compra en el supermercado de abajo, pues lo mejor es fichar y cobras 10 minutos más.

Creo que son importantes todos esos detalles, porque aquí se me va el dinero por muchos sitios (sobre todo ahora al principio). Hay que tener en cuenta que aquí tengo un gasto fijo de 70€ al mes de metro/bus/tranvía.

Tras todo el rollo, estaba contando que me pedí un flex-time para el martes, de dos horas, para poder ir a hacer el papeleo.

Al salir del trabajo me fui a mi agencia a por el contrato de la casa, pero me dijeron que ellos no lo tenían, que lo tendría María.

Volví a casa con la sensación de que María no lo iba a tener… y justo. No tenía ningún contrato, así que hasta que lo consiguiese (al día siguiente después de trabajar podría pasar por la agencia a hacerlo), no podía avanzar con mis papeles. Iba a perder 2 horas de flex-time como Dios manda.

Antes de marcharme, un poquito sobre el transporte en Frankfurt. Aquí los metros, autobuses y tranvías pertenecen todos a la misma red, así que con los mismos tickets te puedes apañar. Es importante, ya que las máquinas expendedoras de billetes son un auténtico lío. Lo pone en cualquier guía de viaje que cojas sobre Frankfurt: el día que aprendas a manejar las máquinas de billetes, serás un Frankfurter.

Cuando quieres un billete, primero tienes que elegir a dónde vas. Es lo más incómodo del mundo, sobre todo, si eres nuevo (yo ya tengo bastante experiencia en este sentido). Como vengas para 3 días, descuida que no te aprendes los destinos. Cada máquina tiene una lista gigante con todos los destinos posibles, y unos códigos asociados.

Una vez que lo has localizado (con mucho cuidado, porque si te equivocas no vale el billete), tienes que elegir el tipo de billete. Éste es el otro gran reto. Hay como 10-12 tipos diferentes. En realidad, yo ahora ya lo entiendo prácticamente del todo, pero creo que el hecho de que no haya traducciones en inglés, es lo que hace que un turista que no sepa alemán sea incapaz de sacar un billete.

Además de haber varios tipos, no hay ninguno que indique de alguna manera (con un botón más grande o con otro color) que es el ticket normal. Tienes que saber alemán o conocer la máquina por fuerza.

Ahora que la conozco, los tipos son: ticket simple, ticket de un día, ticket de una semana, ticket mensual (el que usa la gente, de 70€), ticket corto (trayectos de menos de 3 paradas, o algo así), ticket 9-Uhr (precio reducido pero no se puede usar antes de las 9am), ticket simple de grupo (para grupos de hasta 5 personas), ticket de un día de grupo, ticket anual (710€), CleverCard (aún no sé lo que es), Zeitkarten (tampoco), y por lo menos 3 tipos más que no sé lo que son.
Os podéis hacer una idea, todo eso, con sus expresivos nombres alemanes en una botonera. Y no siempre en el mismo orden. Y no todos los tipos en todas las estaciones (en mi estación no puedo sacarme un mensual).

De locos… algún día lo cambiarán. Intentaré poner alguna foto de las máquinas.

viernes, 24 de octubre de 2008

Por fin... finde (18/19-oct)

[Hola! Si leéis ésto, sabed que tenéis 4 post nuevos. No los leáis todos el mismo día, que puede ser malo. He conseguido un ordenador con USB en el ciber, así que los he subido. Con otros 4 aproximadamente estaríamos al día. Permaneced atentos... :) Información actualizada: sigo bien. En el curro muy contento y en el piso también. Ya empiezo a conocer bastantes cosas de la ciudad. Con el alemán voy haciendo algún progreso.]

Sin sonar el despertador, el sábado me desperté a las 7.30, y luego a las 8. Es de lo más friki que he hecho en mi vida. Todavía tenía tensión en el cuerpo y no descansé del todo bien. Tenía muchas compras que hacer.

Lo primero que hice por la mañana, fue coger el metro e irme a la búsqueda del Media-Markt. Es el más grande de Europa. Me pilla lejos de narices, a casi 20 paradas de metro, pero tenía que comprar un microondas y una plancha. Qué mejor sitio.

Llegué, cuando me ofrecieron ayuda los dependientes respondí con mi sustituto del saludo: “Ich spreche kein Deutsch” (no hablo alemán), y a partir de ahí algunos huyen y otros chapurrean. La chica del Media-Markt huyó.

Me compré una plancha, barata, pero que ponía “EasyStyle”. Seguramente será una chorrada de marketing, pero a mí me valió. Yo busco planchar fácil.

También localicé la sección de microondas, vi que estaban ordenados por precio, y me fui al más barato: TechnoStar – 40€. Con esa marca y ese precio, por fuerza tenía que ser bueno. Me volví con mis electrodomésticos y mi felicidad a mi nido. Casi me costó 30 minutos de metro.

Subí como pude las cajas, las abrí, y enchufé el microondas. Por primera vez en una semana me iba a poder hacer un batido de chocolate caliente. Lo había echado mucho de menos. Metí el batido, y el plato empezó a dar vueltas, pero el sonido no era muy de microondas y el olor a quemado tampoco. Hice lo que aprendí en la carrera: apagarlo y volverlo a encender, pero no funcionó. Me cagué un poquito en Media-Markt, en TechnoStar y en las escaleras, lo volví a embalar, y vuelta a empezar.

No sé ni cómo, pero un pavo me atendió en Media-Markt, no hablaba inglés, y me cambió el microondas. Aún le estoy dando gracias. Tuve suerte relativa. Eso sí, ya no les quedaban blancos, así que me dio uno metalizado. Si hablásemos el mismo idioma le habría dicho que aunque fuese color caqui, yo sólo quería que calentase.

Repetí el proceso, y funcionó. El mejor batido de mi vida. Hasta llamé a mis padres para decirles que me lo estaba tomando. Se rieron de mis desgracias y me dijeron lo de que después de las nubes sale el sol y esas cosas.

Por fin había cumplido el primer mini-objetivo del día, así que me marche a por el segundo: el mercadillo de Frankfurt. Todos los sábados por la mañana hay un mercadillo a lo largo del río, que tiene bastante fama por aquí.

Me acerqué a la ribera del Main, y aunque no encontré nada que me interesase en ese momento, sí que pasé un buen rato. A todos los que vengáis a visitarme os llevaré, porque aparte del mercadillo hay puestos de comida, tipo la Laurel. Hay gente que creo que echa la mañana completa, y desde luego, puestos hay para ello.

Por la tarde, sin entrar en demasiados detalles, me dediqué a comprar. Localicé el supermercado de cerca de mi piso, el Tengelmann. Compré por fin una toalla para la ducha en Karstadt, aunque luego ha resultado ser toalla de mano. Se ve que con la presión del momento no medí bien…

Por la noche me dediqué a poner todo en su sitio, a mover algunos muebles y a seguir haciendo listas de cosas pendientes.

El domingo por fin, me levanté sin prisa, a las 10. Salí a comprobar si los alemanes también cerraban los domingos, y efectivamente, así que volví al piso.

Tenía un montón de cosas que ordenar y que pensar, así que estuve toda la mañana en la casa. A la hora de comer me acordé que un alemán me había dicho que aquí hay un cine de versiones originales, para guiris básicamente. Conseguí acordarme del nombre, y por la tarde me fui para allá.

Al llegar comprobé que la primera sesión es a las 2 de la tarde y la última a las 8. Horario europeo puro y duro. En la entrada, había un cartel gigante que ponía: “No hacemos descuentos”. Vale, no me comas. En el metro tampoco y no lo pone en todas las estaciones… qué exagerados.

Había varias películas que me apetecía ver, pero al final me decanté por la de Eagle Eye (La conspiración del pánico). Traducción literal. Cogí unas palomitas “”pequeñas”” que me duraron toda la película y aún tuve que tirar, y una Mirinda, que es una especie de Fanta Naranja, pero mucho mejor que ésta. No toméis Fanta Naranja fuera de España; sabé a zumo de naranja Auchan con burbujas. Ya había probado la Mirinda en México, y cada vez me gusta más.

La peli estuvo bien. Te pierdes bastantes detalles en una versión original sin subtítulos, pero es lo que hay. Milagros a Lourdes. Después del cine, compré comida rápida y a casa. Ya había gastado el primer fin de semana. Qué rápido.

Antes de despedirme… pensaba poner unos links con información de dónde estoy, pero como no tengo internet, no puedo, así que para los que más os aburráis (o las que más trabajáis de noche), os voy a poner algunas referencias: En GoogleMaps, buscando “Röderbergweg, Frankfurt”, saldrá mi calle. Buscando “Zeil, Frankfurt” saldrá la calle principal, la que está llena de tiendas, y buscando “Miquel Adickesallee, Frankfurt” saldrá aproximadamente dónde trabajo.

Tschüβ! (Ciao en alemán)

La mudanza (17-oct)

Llegó el viernes. Último día laborable de mi primera semana en Fráncort del Meno. En el trabajo seguí con mi querido Zelda, pero la cabeza la tenía ya puesta en la tarde. Estaba venga a pensar en que la bruja del hostal me tenía que devolver dinero, que luego iba a tener que hacer la mudanza con dos maletas y el portátil, que luego tenía que ir a mi nueva casa y que no hubiese ningún problema… cuántas cosas.

A las 12.10, como todos los días, bajamos a comer. Justo debajo de Nintendo hay un supermercado, un Rewe. Es gigantesco, tiene de todo, y encima da comidas de primer y segundo plato por 2-4€. Ahí estamos todos los días los de Nintendo comiendo (o almorzando).

Al subir del descanso, Basilio nos dijo que nos iba a asignar a nuestro primer proyecto. En realidad, íbamos a echar una mano a un proyecto ya en curso, en sus últimas fases. Se ve que era gigantesco y andaban un poco pillados.

De primeras, encantados, aunque a mí me dio un poco de pena dejar el Zelda. No obstante, espero poder retomarlo entre proyecto y proyecto.

Nos reunieron a los nuevos y nos explicaron un poco de qué iba el proyecto y qué teníamos que hacer. Nos repartieron las consolas, y a buscar bugs.

Fue una buena manera de acabar el viernes. Un pequeño acercamiento a lo que será mi trabajo de verdad.

Durante esta semana, he tenido muchas veces la sensación que tienes en casa cuando estás jugando mucho rato a algo y sabes que tienes que dejarlo. De repente pensaba: buah, llevo ya 4 horas, mejor hago otra cosa… Pero luego me daba cuenta de que ahora es lo que tengo que hacer. Es una sensación curiosa, la verdad. Me imagino que acabaré hartándome, pero aún queda mucho para eso.

A las 5 empezamos a recoger, y a las 5.17 yo ya me iba raudo y veloz a las fortalezas de Neu Isenburg. Llegué al hostal y cogí las maletas. Ya las tenía completamente hechas para no malgastar mi tiempo allí. Bajé todo a la planta baja, cogí aire, y llamé al timbre de Moria.

Salió la damisela toda engalanada y maquillada. La debí pillar justo antes de irse a una fiesta de inadaptados sociales. Me reconoció y me dijo “ahora te doy tu dinero”. A los pocos minutos salió con 40 euros (4 de menos, en teoría), le hice unas cuantas reverencias, le di la llave y me fui, sin darle nunca la espalda.

Allí acabó una gran etapa de mi vida. Y después de todo, con 40€ más de los que pensaba.
Esperé hasta el autobús que va a la estación de metro y taxi, y subí los maletones con esfuerzo. Ya en la estación, no me vi con fuerzas para andar con las maletas por los metros, y cogí un taxi. Cuando le dije la dirección, flipó un poquillo. Se ve que normalmente no salen de Neu Isenburg, pero como olió dinero, puso el Tom Tom y me llevó a la puerta de la casa.

Justo María estaba bajando la basura, así que me vio, y me acompañó hasta mi piso. Me lo volvió a enseñar, por si tenía memoria de pez; me dijo un par de truquillos para la calefacción, y se piró.
Me costó todavía unos minutos recobrar el aliento, porque subir los 3 pisos, incluidas las mini-escaleras del último con las dos maletas que llevaba, tiene mérito.

Una vez medio instalado, me fui a comprar cosas. Tenía una lista kilométrica (os podéis imaginar, un piso vacío…). Le pregunté a María dónde había un supermercado cerca. Me dio unas explicaciones en el dialecto español-arameo que habla, y fui a buscarlo.

No lo encontré. Eran ya las 9 de la noche y no había nadie por la calle, así que me fui a lo seguro, a lo que conocía: Hauptwache, el centro de Frankfurt.

Allí me metí en el primer supermercado que encontré, aunque ya había muy pocos abiertos a esas horas, y básicamente no miré la lista: compré todo lo que había. En la caja recordé que aquí nunca dan bolsas, hay que comprarlas o llevarlas de casa, así que me dejé un euro y pico en bolsas “Aldi”.

Me volví superfeliz a casa. Por primera vez en Frankfurt estaba hipercontento, de verdad. Subí al piso, hice unas fotos a las compras (que enseñaré), cené alguna mierdecilla que ya no recuerdo y me metí a dormir como un angelito.

Ahora mi dirección es:

Röderbergweg, 172, 3 Og.
60385 – Frankfurt am Main
Hessen – Deutschland

Si alguna vez pasáis por Frankfurt, no dejéis de visitarme :)

El piso (15/16-oct)

… abrió la puerta y… era una buhardilla.

Lo primero que me chocó (y para lo que aún no tengo explicación) es que las fotos que me habían mandado por fax a Nintendo no tenían nada que ver con el piso. Pero bueno…

Tenía 21 metros cuadrados, pero parecía que tenía de todo, a saber:

Baño, con lavabo, váter, ducha, luz y algún armario.

2 sofás individual mirando hacia una columna (donde los ricachones suelen tener una tele).

Cocina integrada en la habitación: una cocina de dos platos eléctrica, con fregadero, frigorífico, varios armarios y luz propia.

Una mesa con silla y una especie de sofá alrededor, donde ya veía yo perfectamente ubicado mi portátil con sus accesorios.

Una cama de 2 metros, sin taras aparentes.

Otras mesita, una mesilla, muebles de cajones (se llamarán cajoneros digo yo), dos armarios, uno de ellos con perchas y todo…

En fin, parecía que tenía de todo. Intenté repasar mentalmente lo que me dijo mi madre que era imprescindible: había calefacción, cocina, baño no compartido, enchufes… ¡estaba todo! Mientras yo empezaba a mirar el piso con cariño, ella me iba abriendo armarios y me decía cosas que me podía quedar: cubiertos, platos, vasos, cazuelas, sartenes, una swiffer, una lavadora estropeada, líquidos de limpieza…

De vez en cuando me venía a la mente el hostal, y me daban ganas de arrodillarme allí mismo y decirle “María, por favor, si me dejas dormir aquí hoy te alquilo el piso 15 años”. Era el paraíso. Quedamos en que le llamaría. Le dije que pronto, tanto para sí, como para no.

Al salir del piso, llamé a mis padres y les dije (literalmente): “he visto otro piso. Quedaros con los detalles que os voy a decir y atentos a si falta algo, porque si no, lo voy a coger hoy mismo”. Les conté todo y me dieron el visto bueno, así que me fui a la agencia y les comenté que llamaran a María, y que le preguntasen si podía entrar el viernes (todo esto era el miércoles).

Tenía hostal hasta el domingo, pero es que era un infierno. Llegaba todos los días reventado, y estaba en el culo del mundo sin ningún sitio al que ir a internet, o a comprar cena y con unas instalaciones de pena; además me tenía que levantar demasiado pronto sólo por la incompetencia de sus autobuses… Si alguien tiene curiosidad por ver dónde estaba (sólo el pueblo, no el hostal), buscad Neu Isenburg en Google Maps. También es verdad que no os va a decir mucho…

Con la sensación del deber cumplido, me fui a Neu Isenburg, como un campeón. Y como un campeón me di cuenta de que no había comprado una toalla… Me desesperé… me tenía que duchar sí o sí, y no tenía toalla. Bueno, pues no se me ocurrió otra que coger una camiseta interior y marchar valiente hacia las duchas compartidas.

La ventana de ese cuarto estaba rota, así que había una temperatura de unos 10 grados. Ideal para la salida de la ducha. Y cuando llegó el momento, ahí estaba yo secándome con mi camiseta interior, pasando más frío que Robinho en Reykjavik. Fue una de las peores experiencias que he tenido de momento aquí en Frankfurt. Al día siguiente la tos que tenía asustaba al miedo…

Llegó el jueves. Conseguí compensar la desgana de levantarme en el hostal con la idea de que en 24 horas estaría instalándome en el piso.

El día en Nintendo transcurrió parecido a los anteriores. Ya estaba viciado al Zelda considerablemente. Qué juego más guapo. Me lo estaba pasando sin trucos y sin guías de internet. Ya me había atascado varias veces, pero siempre conseguía salir o encontrar lo necesario, hasta que me atasqué unas dos horas en el mismo sitio. Estaba venga a dar vueltas y no había manera de superar un obstáculo. Cuando me iba a levantar para pedirle a Basilio (entrenador) un walkthrough (las guías de los juegos) del Zelda, llevaba el mando en la mano y no lo solté, por lo que hice un movimiento que no había hecho antes y resolví el conflicto. Era justo el movimiento que se necesitaba, y no se me habría ocurrido, así que de pura suerte conseguí avanzar, sin recurrir a walkthroughs.

Después de Nintendo fui a mi agencia y me confirmaron que podía ir al piso el viernes. ¡¡Me quedaba un día para mudarme!! ¡¡Increíble!! Hay gente que se tira 3 semanas buscando piso para encontrar uno en las afueras, o uno cutre, y yo había encontrado una pequeña joyita en 3 días. Por fin algo de suerte.

Cuando me iba de la agencia, la chica me dijo: “Y pásate mañana por la señora del hostal, que te va a devolver el dinero de los dos días que no estarás”. ¡¡¡¿¿¿Qué???!!! ¿¿¿¡¡¡Pero cómo le has pedido que me devuelva el dinero?!?!?!? ¿¡¿Cómo osas?!?!? Jooooooo. Si yo quería verla lo menos posible…

Iba a ver un sacrificio humano en directo. En fin…

Hice unas compras por el centro, me conecté un rato en un ciber y me fui a Guantánamo. Me esperaba un viernes de mudanza y un fin de semana de compras e instalación. Prometedor.

Más training (14/15-oct)

El martes pude despertarme un poco más tarde, ya que conocía mejor los autobuses y metros. Aún así, a las 7.30. No está mal.

Los despertares en el hostal eran horribles. Según abría la puerta de mi habitación me llegaba el frío que entraba por las ventas rotas y el olor a puercos enlatados. Entonces yo dejaba mi neceser sobre la bandeja de uno de los lavabos, llena de pelos y pasta de dientes, y me armaba de valor para lavarme la cara con agua fresquita y ponerme las lentillas.

Y a todo esto, cada viaje que hacía al baño tenía que cerrar mi habitación con llave, porque me lo dijo la ogra, y se ella lo decía…

Me morí de frío hasta que llegó el autobús. Llegó 10 minutos tarde. Perdí el metro que tenía pensado coger, así que agonicé hasta que llegó el siguiente, que se retrasó otros 10 minutos. Con todo ese retraso, llegué a la estación del centro de Frankfurt (Hauptwache, la nombraré mucho) a las 8.30… Ya me veía llegando tarde el 2º día de trabajo.

El metro me dejó en la estación de Nintendo a las 8.43, así que salí como un desgraciado a todo correr, llegué al edificio, subí corriendo por las escaleras y fiché a las 8.45 (y 40 segundos). Estuve a 20 segundos de cometer mi primera falta y estar a sólo 2 del paro alemán. Aún se puede decir que tuve suerte.

Seguí con el training. Ya me iba empapando de bastantes cosas. Una cosa que me sorprendió es el ambiente. Han conseguido que lo normal en los pasillos sea que la gente se sujete la puerta, se dé las gracias, se salude, otra vez las gracias…. Sí, me chocó bastante. Es un ambiente muy cordial.

Por la tarde fui a visitar un piso que me había conseguido la de la Agencia. Estaba a 10 minutos de Nintendo andando, así que fui directamente después de trabajar. Allí me esperaba un señor sin idea de inglés. Perfecto. Borré de mi memoria todas las preguntas que no se podían traducir a gestos: ¿está incluida la calefacción, la luz, etc. en el precio? ¿Cuánto tiempo es el mínimo a alquilar?

Subimos unas escaleras y abrió una puerta. Allí apareció una mini-habitación con todo tirado por el suelo, todo sucio… debía estar alquilado allí un auténtico desgraciado, porque no he visto cosa igual. Me dio bastante para atrás, y para colmo, el baño compartido. Hasta luego. Auf wiedersen. Tengo la cuota de baño compartido cubierta hasta 2013.

Al salir del piso me dio un bajón: vuelta al hostal. Compré algo de comer, que llegó frío, por supuesto, y entré en mi mansión. Qué asco. Cuando fui a ducharme (me costó unos 30 minutos armarme de valor), me di cuenta de que no me había traído toalla. Eran las 10 y ya estaba todo cerrado… marrón. Me tuve que fastidiar, ponerme el pijamita, y a dormir.

El miércoles no empezó muy diferente. Olores desagradables, frío e incomodidades. En esos momentos siempre me pasaba por la cabeza toda la gente que me decía “¿pero dónde te vas loco? ¡con lo bien que se está en casita!”. Y yo les daba la razón, pero totalmente.

Al llegar a Nintendo la cosa cambiaba un poco. Era el ambiente, el Zelda, los cafés calentitos…
Me explicaron un poco más concretamente mi trabajo: me asignarían a un proyecto, y a través de varias fases, tendría que buscar cualquier tipo de error, principalmente relacionado con la traducción e informar sobre él. Lo que allí llaman (y que yo usaré en el blog): reportar un bug.
En informática se usa mucho la palabra bug. Un error puede dar lugar a confusión. Un error es cuando Windows dice “no se pudo hacer no sé qué”. Es un error, pero está bien. Un bug sería si al ir a cerrar ese error de Windows, desapareciese algún botón del escritorio (más o menos).
Fui entablando conversación con varios españoles. De Madrid la mayoría. Casi todos llevaban menos de 2 meses.

Mientras estaba trabajando, me avisaron “Eduardo, is it you?” “Please go to adminlocalization”. Acongojadito, fui a ese sitio, que es una oficina. Yo ya iba pensando que me iban a decir que tenía que fichar antes de las 8.45, aunque no marcase todavía las 8.46, pero no, era sólo para darme un mensaje de mi agencia: tenía otro piso para ver. Ufff.

Así que al salir de trabajar fui al piso. De entrada, no estaba muy lejos del centro: 4 paradas. Era un barrio muy tranquilo. Había un parque lleno de niños y la gente iba por la calle haciendo jogging. Llegué a la casa en cuestión, de 3 pisos. Me recibió la dueña, que se llamaba María Korte. No era española, pero tenía antepasados de allí y viajaba mucho a España, a Murcia.

Cuando le pregunté si hablaba inglés y me dijo que no, directamente miré al cielo diciendo “vale ya, ¿no?”, pero hete aquí que empezó a hablarme en español. Raro y embarullado, pero español. Qué descanso.

La acompañé, subimos dos pisos, y de ahí subían unas escaleritas a un tercer piso, parecía una buhardilla…

martes, 21 de octubre de 2008

El primer día (13-oct)

[Después de un montón de intentos, he conseguido subir el post anterior, así que subo éste también. Aún tengo alguno más escrito, espero poder subirlo de alguna manera antes del fin de semana.]

Sonó el despertador a las 6.15. Cuando vi la hora, pensé que era un error. Hasta las 7 como mínimo no empiezan los días en ningún país…

Después de empaparme de olor a pino mientras me lavaba la cara con agua polar, salí al mundo real. Había una niebla del carajo, y 5 grados. Sí señor. Eso es el frío alemán que me decía mi abuela. Aquí los sintecho sí que tienen que ser ironmans. Pablo, apunta…

Logré localizar el autobús que me llevaba a la estación de metro, y allí cogí el metro hasta el centro.

En la Agencia ya me esperaban. Llegué congeladito, y me preguntaron si tenía frío. Cuando les contesté que estaba helado (ni siquiera me caían los mocos porque estaban todos congelados cerca del cerebro), me dijeron “pues prepárate porque hoy no hace frío”. Olé.

Después de la amistosa advertencia, me sentaron en una mesa, y empezaron a sacar papeles y más papeles… firma aquí, y firma aquí… Y yo iba firmando. Eso sí, a favor diré que los que estaban en alemán me los iban traduciendo “al vuelo” aunque con los nervios del primer día, tampoco me quedaba con muchos detalles. Firmé el contrato de confidencialidad de Nintendo, por el que no puedo comentar nada de los proyectos en los que me encuentre ni del funcionamiento de la empresa; firmé el seguro, para el que me preguntaban cosas cómo si es importante tener un botiquín en la oficina o si había que bajar las escaleras corriendo cuando estuviesen mojadas. Fue un test difícil, pero lo pasé.

También firmé, por fin, el contrato, todo en alemán.

Con todo el papeleo hecho, me llevaron a Nintendo. Fui en un BMW de la leche (y eso que sabéis que no soy muy de coches). Llevaba sobreimpresa información en el espejo retrovisor y los asientos se calentaban, por lo que salías con el culo en su punto.

Llegamos a Nintendo. Qué recuerdos, la entrevista… Subimos a recepción. Allí me dieron mi tarjeta. Es una tarjeta tamaño tarjeta de crédito, que sirve para entrar al edificio, a algunas salas y sobre todo para escanearla y que quede registro de nuestras entradas, salidas y descansos. Me dieron también unos auriculares y firmé un par de papeles. Listo para currar.

Salí de la sala y me presentaron a Basilio, el encargado del Training en Nintendo. Basilio nació en España, pero se crió en Alemania y lleva 6 años en Nintendo. Consecuencia: habla español, alemán e inglés perfectamente. Pero perfectamente. Creo que insistiré alguna vez más, pero es que flipo con él. Qué envidia. Cuando hablo con él en español, no tiene ningún acento. En inglés tampoco. Y piensa en alemán. Es un auténtico crack. Y lo he visto cambiar de chip más rápido que a nadie. Hablando en los 3 idiomas en el mismo minuto, conversaciones fluidas. Es mi Dios de los idiomas.

Me comentó el plan. Durante una semana se hace el Training. Me va explicando el funcionamiento de todo, y el resto del tiempo puedo jugar sin más (sin tener que buscar errores todavía). Y sin más dilación, empezamos.

De vez en cuando no entraré en muchos detalles, por el tema de la confidencialidad. Me da rabia, pero es comprensible. Fijaos si se toman en serio la confidencialidad y espionaje industrial que de vez en cuando, mientras estás trabajando, entra uno y dice “TVs off” y hay que apagar las pantallas porque viene un jardinero, o el que limpia los baños, o el conserje a cambiar una bombilla. Y cuando se va, se encienden otra vez. Una pasada.

Me explicó unas cuantas cosas:

- La puntualidad es clave. Se puede llegar tarde dos días, al tercero te echan automáticamente.

- El trabajo empieza a las 8.45 y se sale a las 17.17

- Hay descansos de 10 minutos a las 10.30 y a las 15, y media hora para comer a las 12.10

- Se puede comer y beber mientras se trabaja, siempre que no moleste ni el ruido ni el olor.

- Está totalmente prohibido hacer fotos en las instalaciones y usar USBs o similares.

Y algunas cosas más de las que me iré acordando.

Me llevó por todas las salas, todas llenas de frikis e hiper-frikis absortos en sus pantallas. En total habrá unas 300-400 personas probando juegos. Cada una en su sala, con nombre “Nintendo”: Mario Room, Princess Peach Room, Yoshi Room…

Después de esto, me dio una Wii con el Zelda Twilight Princess, y a jugar.

Llegada al cutr-hotel (12-oct)

[Estoy en mi piso. Hoy, por primera vez en 5 días he encontrado una red Wifi sin protección. Aprovecho para subir el primer post de la serie (he ido escribiendo todo, así que siempre que encuentre un ciber con USB o pille Wifi en el piso, los iré subiendo. No hay negritas ni cursivas por es un copia y pega de Word, así que se pierden. Parece que aún tendré que esperar para tener internet aquí...]



Y llegué a Frankfurt am Main.


El vuelo con Ryanair sin sobresaltos, salvo los 100€ extra de sobrepeso de la maleta, aunque ya estaba previsto. Por lo demás, los viajes de Ryanair por no tener no tienen ni turbulencias, porque no las has pagado previamente. Es un lujazo.


Desde la última vez que viajé en Ryanair he advertido unos cambios importantes:


- Menos servicios gratuitos, aunque los precios ya no bajan más. En realidad, en vez de menos servicios yo diría que son “0” servicios gratuitos. Cualquier día hay que poner bote para el queroseno…


- Más asientos + mismo avión = menos espacio. Ya no es que yo, que mido 1,90, no pueda mover las piernas; es que hasta un niño de 3 años con enanismo va incómodo. Cada vez que coges aire para respirar, estás deseando soltarlo para que el corazón tenga sitio para seguir latiendo.


- Salidas… ¿de emergencia? Me chocó bastante comprobar que las salidas de emergencia mantienen el nombre ya más que nada como homenaje, porque ¡las han rellenado de asientos! Si ya está fastidiadilla la supervivencia en cualquier accidente de avión, ahora como tengas una mínima posibilidad y tengas que salir corriendo entre esos minihuecos entre filas, estás perdidos. Creo que se puede hacer antes rompiendo una ventana que esperar a la fila que se montará en esas “”salidas de emergencia””.


Salvo por esos pequeños (guiño) detalles, buen vuelo. En el aeropuerto margi Frankfurt Hahn,a 1 hora y media de Frankfurt, busqué mi autobús “low cost” a las afueras. Suena a broma, pero es verdad. Hay una compañía, Terravision, que se dedica a llevar pasajeros de los aeropuertos margis que usa Ryanair hasta las ciudades, a buen precio. A mí me costó 8€, en vez de los 12€ del transporte oficial. La única pega es que te deja en las afueras, qué paradoja, pero para mi suerte, mi hostal estaba en las afueras y me dejó bien cerca.


Después de mil vueltas a una manzana, con 2 maletas y el portátil, encontré la puerta del hostal. No tenía ningún cartel de que fuese hostal ni nada. A pelo. Simplemente me lo imaginé.


Dentro no había recepción, ni carteles… no había nadie. Estuve 10 minutos esperando y al final me armé de valor y llamé a un timbre que había. Eran las 10.30 de la noche aproximadamente, se abrió la puerta, y salió una mujer-ogro gruñendo. Le intenté explicar quién era, pero parecía confusa… de repente, y no sé porqué, empezó a sonreir y dijo “Fitarbeiten” (el nombre de mi agencia) y yo: ¡¡¡Ja!!! (o sea, sí en alemán).


Me dijo que me subiese a la habitación doscientos no sé qué, y que encontraría la puerta abierta. Busqué el ascensor, que por supuesto no había, y empecé, poquito a poco, a subir escaleras con mis dos maletones. Llegué al 3er piso (sí, los 200 estaban en el 3º) más muerto que vivo, fui a la habitación, y estaba cerrada. No me lo podía creer. ¿Iba a tener que bajar todo hasta abajo otra vez? ¿iba a tener que volver a hablar con el ogro?


Decidí que no podía bajar las maletas para luego volverlas a subir, así que confié en los alemanes y las dejé allí. Bajé y llamé al timbre de Mordor. Salió el espíritu de las Navidades gruñonas y cuando le conté lo que pasaba, se cagó en todo en su idioma, haciéndome sentir culpable (gracias) y me dijo otro número: 307. La misma historia, sólo que ahora tenía que subir un pisito más. Subí al 3º, cogí las maletas y las subí al 4º. Fui a la 307… y estaba cerrada.


Me teníais que ver en ese momento, pensando “no puede empezar la cosa así”. Además estaba acojonado por tener que volver a molestar a la bruja, pero me decía a mí mismo que el que tenía que estar molesto era yo, y con razón.


Así que bajé, con el cerebro en modo “no captar sentimientos ajenos” y con el reconocimiento de expresiones faciales desactivado, para no tener que ver encima a la monstrua quejarse. Llamé al timbre y noté temblar el suelo, y creo que incluso salieron llamas por las ranuras de la puerta, y detrás de las llamas Lucifer. Sabiendo que yo no hablaba alemán, me soltó una parrafada-gritada en plan “¿eres retrasado o qué te pasa? ¡que estoy durmiendo!”, y emprendió el duro viaje al 4º piso a comprobarlo por ella misma. No me extraña que no quisiera salir… el culaco le chocaba en los dos lados de la pared a la vez mientras subía, y en cada piso se paraba y hacía como que miraba un cartel, pero era para recuperar fuelle.


Ya en el 4º, abrió una sala de llaves, cogió la llave 307, me la dio, sonrió (hipócrita) y descendió a su inframundo. ¿Tan difícil era haber hecho eso desde el principio?


Creo que con todo este rollo os podéis hacer una idea de la ciénaga en la que iba a estar una semana. Y lo de ciénaga no es por decir; en todo el hostal se respiraba un embriagador olor a mierda que se acrecentaba según te acercabas a los baños compartidísimos. Muy romántico. Creo que podía decir que estaba en el culo del mundo sin temor a equivocarme.


Eran las 11.30 y llevaba 13 horas sin comer nada, así que por fuerza tuve que salir y buscar algo de cenar. Si a las 8pm las calles ya están desiertas y casi todo cerrado, a las 11.30 ni te cuento. Además el hostal estaba en las afueras de las afueras, y tuve que andar 25 minutos de reloj para encontrar un kebap, benditos kebaps salvadores. Los 25 minutos de vuelta fueron suficientes para que se me enfriase.


Me comé mi kebap viendo Speed Racer, la única peli que tenía en el portátil, y oyendo el frigorífico de fondo, porque la habitación era pequeña y no tenía de nada, pero frigorífico sí. Tiene coj****. Toda la noche con el bzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.


Al día siguiente me tenía que levantar a las 6.15, para intentar estar a las 8 en la Agencia para firmar papeles. Un inicio prometedor.

domingo, 19 de octubre de 2008

Estoy vivo

Pues eso, que estoy vivo :)

He visto que no funciona el mini-chat, y hay algunos de vosotros con los que no me he escrito ningún email ni hablado por teléfono, así que escribo un poquito para que no dejéis de visitar el blog, que pronto tendré internet y estará más activo.

Antes de que se me olvide, enhorabuena a Noe por ser tía :)

A modo de resumen, estoy muy contento por aquí. El trabajo en Nintendo me va de cine. Ya tengo piso (ensenyaré fotos), y espero contratar internet esta semana. Poco a poco voy entrando en el diabólico alemán. Puedo decir algunas frases simples... Ya sé los verbos ser/estar, tener, trabajar, hacer y llamarse :)

Ya me he enterado de que el Real Madrid ganó en el último minuto, con 2 goles anulados y Van Gol expulsado (!), y que Alonso está arriba otra vez. Mi Eintracht Frankfurt ha perdido (otra vez) y ya van los últimos de la Bundesliga (aunque con 1 partido menos). Espero que me dé tiempo de ver algún partido en directo antes de que bajen a segunda...

Bueno, que este ciber es una mierda, para variar. Se me quedan pegados los dedos a las teclas y no mola nada. Voy tirando para casita, que además tengo que hacerme la cena. Hoy toca mi especialidad: huevos, salchichas y patatas fritas. No sólo es mi especialidad, sino que es el único plato que sé hacer :D

Pronto os contaré mis aventuras con la cocina, con el frío, con los frikis, con el Media Markt de aquí... Cruzad los dedos para que encuentre rápido un servicio de internet digno.

Nos vemos!!

viernes, 10 de octubre de 2008

Unas fotitos

Para que podáis desengrasar un poquito los ojos, que algunos no habíais leído tanto desde que os mandaron leer La Celestina en bachillerato, os pongo un post de fotos. El Wifi que pillo me está dando hoy un respiro.

Éste es el minibar del que os hablé. Un lujazo. Y por supuesto, todo fresquito fresquito y a precios coreano-razonables. Como para coger...

Mi primera cena. Me gustó tanto que comí lo mismo todos los días en Frankfurt. En total, 4 comidas a base de kebap, rollitos de algo y patatas fritas:


Al salir de la entrevista, mucho más relajado...

Un lugar que creo que frecuentaré bastante...

La luz de mi habitación en el """"hotel"""". 1 de 4. Buen porcentaje. No me importa hacer toda la mala publicidad que haga falta. Me dejé una camisa en el hotel, les escribí para que me la guardasen y me dijeron que el servicio de la limpieza no la encontró... ¡¡si estaba en el armario!! Así que, para que aparezca en Google, ¡¡ en el hotel Jaguar de Frankfurt son unos ladrones y unos chorizos y te intentan robar y el servicio es una mierda y no me devuelven lo que me dejo !!
No lo conté en el último post, pero llegar de Frankfurt al aeropuerto fue una odisea. Está penosamente señalizado. Este cartel de abajo es lo más parecido a una indicación que encontré. Lo seguí y me encontré con el siguiente (una foto más abajo).
Flipaba. O sea, hace un momento había un símbolo de aeropuerto y había desaparecido. Y estaba claro que no era ninguno de esos 2 carteles que se ven en esta foto. Me di la vuelta y busqué un taxi. Después de casi 40 minutos sin encontrar ninguno, volví a esta estación. Pregunté a dos pavos que no sabían inglés. Al tercero, me dijo que tenía que seguir dirección "Flughafen" que significa... ¡¡aeropuerto!! ¡Pero qué desgraciados! Cómo pretenden que un turista acierte que eso significa aeropuerto. Aeropuerto - aeroporto - airport - aéroport - aireportua... flughafen.



En el avión teníamos nuestro ordenador personal (lo comenté en el post) y éste era el mando. Si lo girabas, se convertía en mando tipo Super Nintendo:



Y eso es todo por ahora. Me quedan 48 horas en España... qué tensión. Veo salchichas, cervezas, patatas y consolas en cuanto cierro los ojos...

jueves, 9 de octubre de 2008

La entrevista

Estaba releyendo el final de mi anterior post, para recordar cuando lo dejé, y he visto que la traducción de Einbahnstrasse no aparecía. Es porque puse unas comillas diferentes y las interpretó como código HTML. Sorry. Ahora le encuentro más sentido al comentario de Vasco :)

Voy a volver a insistir en que me gustaría ir contestando a más comentarios, pero sin internet ando fastidiado. De todas formas, me hace mucha ilusión ver como poco a poco la gente que me esperaba (y alguna sorpresa) va leyendo las chorradillas estas que escribo. Gracias.

Continúo. En el hotel, de noche, y a falta del Real Madrid, vi 2 partidos de copa del rey alemana. Me gustó mucho cómo jugó el Bayern de Munich, aunque en su liga va un poco mal. Creo que me haré del Hamburgo, que va líder... (el Eintracht Frankfurt va el penúltimo).

Llegó el día de la entrevista. Era a las 3, pero yo había quedado con Sorina, una chica de la agencia que me seleccionó, a las 2 en el centro de Frankfurt. Después de comprobar que el desayuno buffet de 7 € tenía un valor real de entre 1 y 1,20 €, me fui a dar una vuelta.

Con Sorina había ya otros aspirantes. Nos llevaron a un despacho donde nos enseñaron nuestros test (los que habíamos hecho por e-mail) para que viésemos los errores que no habíamos encontrado. Nos explicaron un poco el funcionamiento de la entrevista.

Cogimos el metro y nos fuimos a las oficinas de Nintendo. Por el camino intenté hablar con otro de los chavales, un italiano. Hace bastante que no hablo italiano y tenía ganas. Le pregunté de dónde era, me dijo que de la Toscana y se giró. P*** chulo...

Me dirigí al español, con el que todavía no había tenido oportunidad de hablar.

-¿De dónde eres?
- De Extremadura, extrema y dura.

Me mató. Cómo se puede ser tan crack de empezar así una conversación con alguien que no conoces. Fuimos hablando todo el camino y nos echamos unas risas (a todo esto, italianos y alemanes serios y concentrados; así nos suele ir a los españoles).

Una vez en Nintendo, lo primero que nos chocó, vaya chorrada, era que el logotipo era gris y no rojo. Allí nos juntamos con otros aspirantes de otras agencias. En total éramos unos 12 o 13.

En la pared de la secretaría estaba pintada una pantalla del Super Mario, y la sala de café tenía la Wii y la GameCube. Me habría gustado hacer una foto, pero leí que no les hace mucha gracia. El tema de la privacidad es bastante importante para ellos.

Tras una tensa espera, nos sentaron a todos en una sala y nos repartieron un test y un boli, a cada uno en su idioma. Teníamos 10 minutos para buscar faltas y corregirlas.

Leí el texto una vez, eran tres párrafos. Corregí sólo las faltas que cantaban, luego ya lo miraría más despacio. Cuando lo leí, me di cuenta de que no tenía ni idea de qué iba el texto. Qué fuerte. Era un lenguaje literario, super literario, pero raro. Era más o menos como si para decir una frase sustituyese cada palabra por un sinónimo en desuso desde la Edad Media. Había como 10 palabras que no había oído en mi vida.

Lo volví a leer y a corregir. Salieron más faltas y entendí un poquito. A la tercera ya sólo encontré una falta. Y la 4ª y 5ª vez ya me dediqué a entenderlo, por si así encontraba faltas de coherencia, tiempos, etc. Al final casi se puede decir que comprendí el texto.

Salí bastante contento. Empecé a comentar las faltas con el extremeño, y básicamente teníamos las mismas. Según algunas fuentes, necesitábamos haber encontrado un 50% para pasar a la entrevista personal. Según otras, un 90%. No se sabe.

Salió un empleado de Nintendo y dijo un nombre, y a continuación: "you didn´t pass the test". Lo repitió con 6 personas más. Después se calló, y nos dijo a los demás que nos iría llamando para la entrevista. Choqué la mano con el español. Había sido como superar las nominaciones de la Mercedes Milá.

Desde ese momento hasta que me llamaron para la entrevista fue cuando más nervioso estuve. Con diferencia. Incluso más que con la entrevista. Al haber eliminado a tanta gente, vi más posibilidades y sentía la presión de "has venido hasta Frankfurt jugándote los San Mateos, y en los próximos 10 minutos se va a decidir si ha merecido la pena o has hecho el chorra".

"¡Eduardo Domínguez!" Llegó el momento. Entré a la misma sala. Estaban el alemán y otra chica. El alemán empezó a hacerme preguntas, unas típicas y otras no tanto. Respondí sin mayor problema. Eché de menos un par de palabras en inglés, pero tuve suerte y encontré rápido la manera de decirlo de otro modo.

Cuando ya estaba exhausto, el alemán me dijo que continuaba con la chica... ¡y se presentó en español! ¡era española! Me preguntó un par de cosillas en español. Qué gozada, qué relajación... pero cuando me confié, volvió a preguntar el otro.

En unos 10-15 minutos terminó el tema. Esperé a que el español hiciese su entrevista, y nos volvimos juntos al centro de Frankfurt. Me enseñó dónde había un Lidl, por si acaso me cogían.

Nos deseamos suerte y nos despedimos, porque yo había reservado una plaza en un tour por la ciudad, en autobús.

Me tiré 2 horas y media de visita en autobús. Me dio tiempo de hacer amistad con un indio y quedamos para la noche, para dar una vuelta (risas en el público del blog). La verdad es que la idea fue suya :)

Por la noche nos recorrimos medio Frankfurt, y por el camino íbamos flipando mutuamente con las diferencias entre la India y España/Europa. Yo me lo aprendía todo para contárselo a Pablo, porque se va a la India una semanita. ¡Pablo! ¡Escribe un comentario y explícalo que esta gente no lo sabía! (lo pongo en negrita porque es lo único que lee).

Le dije al indio si conocía los Simpson. Me dijo que no mucho. Le pregunté por Apu, pero no le sonaba... qué pena, tenía unas cuantas preguntas que hacerle. En el recorrido, pasamos por el barrio rojo, y había una calle entera de sex shops y locales X. Al tío se le iban los ojos sólo con los posters de fuera. Qué diferencia de culturas... :D

De camino al hotel, me metí en una de las mil kebaperías que había y me compré el tercer kebap de la semana.

Al día siguiente, cuando estaba en el metro yendo al aeropuerto, me llamó Sorina y me dio las good news: me habían cogido y tenía que empezar en 15 días, el 13 de octubre.

Iba a llamar a toda mi agenda telefónica, pero en la "A", sólo llegué a "Abuela", porque con ella ya gasté la batería que me quedaba. Fue la típica llamada "corta" de "bueno hijo, que no te quiero entretener, que te va a costar mucho, pero... ¿has comido bien? ¿te has abrigado? ¿llevas el dinero repartido por varios sitios?".

El viaje de vuelta empezó animado, ya que en los mostradores de facturación nos hicieron los billetes... ¡¡a mano!! porque no funcionaba el ordenador. Joder... Nos retrasamos 45 minutos. El vuelo duraba 2 horas y media.

En el avión, se presentó el capitán como suele hacer y dijo "la duración estimada será de 1 hora y media". Miré a la chica de al lado, y nos reímos. Joder, qué tío, se ha colado. Pero se presentó en inglés, y la duración estimada volvió a ser la misma.

Se ve que oyó el murmullo y explicó que "iba a intentar recuperar el tiempo perdido en el embarque" ¿Ein? ¿Intentar recuperar? Mira chavalote, o lo recuperas, o déjalo, que tampoco pasa nada, pero no lo intentes. Si no lo has probado nunca, no lo intentes...

Ni que decir tiene que los pasajeros estuvimos formalitos y acojonaditos todo el vuelo. Y llegamos en hora y media. Menos mal que el retraso fue de 45 minutos, si no el tío ese creo que supera la barrera del sonido con tal de llegar a tiempo. ¡¡Qué tendría que hacer tan importante!!

Al bajar del avión, encendí el móvil y esperé con ilusión los mensajes de la gente que me había llamado... mensajes que no llegaron :) Eso sí, me llamó Iñaki:

- ¿Sí?
- Eeeeeeeeeeeeeeeeee
- ¡Hombre Iñaki! ¿Qué cuentas?
- ¿A qué hora hemos quedao?
- Erm... pero... ¿sabes que estoy en Barajas?
- ........................................................................que estás..................... ¿¡y qué haces ahí!?

Desde luego... vaya amigos... :) (no te piques Iñaki, que luego ya me explicaste que no te lo había dicho).

Y hasta aquí el primer viaje a Frankfurt. Ya podéis secaros el sudor, y recordad que cada post que leáis convalida medio crédito de libre elección, así que merece la pena. Y por escribir comentarios ni te cuento...

Si el hecho de que aún no tengo la maleta preparada me lo permite, escribiré un post más antes de irme, y con eso estaré (y estaréis) al día.