viernes, 21 de noviembre de 2008

De cafés

El lunes en el trabajo le pedí a Basilio que llamase a Alice-DSL para que me diesen una hora más concreta para la instalación.

Llamó, y después de 15 minutos de espera (y 6€ de saldo), le cogieron. Les comentó el tema, y empezaron a pedir mis datos. Les dijo que yo no hablaba alemán, que si hablaban inglés y esas cosas, pero la que le atendía no sabía nada de inglés. Y se emperró en que, pese a que Basilio le dio todos mis datos, tenía que oír mi voz (!) No sabía que la fama de mi sexy voz había traspasado fronteras :)

Me puse al teléfono, y me contó su vida. Igual sólo me preguntó mi nombre, pero a mí me pareció un extracto del Génesis de la Biblia. Le dije que repitiese, y entonces me pareció la Declaración de Independencia de EEUU en alemán. Así que opté por contraatacar con mi presentación oficial en Frankfurt: Me llamo Eduardo Domínguez. No hablo alemán.

Parece que le valió, porque la siguiente frase que dijo acabó en “Danke”.

Así que después de todo el paripé, y con mi saldo de 15€ por los suelos, le dijo a Basilio que no podía ser, porque ellos subcontratan a otra empresa para las instalaciones. Nos quedamos bastante mosqueados, porque para responder eso, igual no había hecho falta toda la parafernalia que me costó casi 10€. En fin, cosas de teleoperadoras alemanas…

A las 5.17 me fui a ver un piso. No, no era para mí. Yo sigo enamorado de mis 21 metros cuadrados. No 20, sino 21. Puede ser la diferencia entre tener ducha o no.

Es que Laura, otra chica que está en mi proyecto se vuelve a España, a principios de diciembre. Entonces está buscando a alguien que ocupe su puesto en el piso, más que nada porque ella compró todos los muebles, así que busca a alguien que se los compre.

Dani podía estar interesado en el piso. Y yo podía estar interesado en un perchero que me dijo que tenía. Así que fuimos los dos, con ella y su amiga Carol (que también se va en diciembre) a visitarlo.

Está a 10 minutos de Nintendo andando, y paga unos 500 al mes, o sea que está muy bien. Eso sí, lo comparte con una chica que debe de ser de todo menos sociable.

Vimos el piso, y a mí me gustó. Dani tiene alguna duda más. Eso sí, el perchero no me vale. Más que nada, que tendría que sacar el frigorífico o la cama para meterlo en casa. No es plan.

Cuando terminamos nos fuimos a Hauptwache. Nos encontramos con Rosana y Belén. Iban al curso de alemán. No es la primera vez que nos encontramos gente de Nintendo sin haber quedado. Frankfurt es grande, pero el centro es el centro.

Allí Dani se marchó porque tenía entrenamiento (recordemos, de malabares) y me quedé con Laura y Carol. Aprovechamos a ir a la calle donde hay un oculista que habla inglés. Subí para pedir hora, pero eran las 6.30. Ufff… Tardísimo (no sé si se me nota de vez en cuando cierto mosqueo con los horarios de apertura de las “cosas” por aquí…). No había nadie.

Mi derrame tendrá que aguantar un poco más… Ahora no va a peor, pero no acaba de curarse. Y en respuesta a la observación de Noe, al principio sí que fue como dices. Se veía claramente que reventó una vena y por la gravedad iba cayendo. Pero es que después empezó a extenderse “contra” las leyes de la gravedad, rodeando el iris. En fin, no voy a entrar en más detalles, que lo mismo alguno os estáis comiendo unos Doritos mientras leéis.

Tras el oculista, fuimos a tomar algo. Ya me había dicho Laura que ellas muchas tardes se iban a tomar un café y unos donuts, así que me apunté. Además así conozco algo más para cuando vengáis (ejem, ejem…). Me enseñaron 3 cafeterías chulas y un buffet de comida italiana. Vaya triunfada.

Nos quedamos en el Coffee Fellows, que es básicamente un Starbucks sin precios abusivos, y estuvimos contándonos nuestras vidas casi dos horas. Me tomé un chocolate caliente y un donuts, que quizás recuerde toda mi vida. Más que por la calidad, por el frío y el hambre que tenía…

Llevo tiempo sin comentarlo, pero aún me falta una carta del banco, supuestamente con el PIN para la tarjeta de crédito (un pequeño detalle sin importancia). Llegué a mi piso con la esperanza de que por ser lunes estaría, pero no, no había ninguna carta, así que decidí pasarme al día siguiente por el Commerzbank. Sólo puedo pasarme los martes o los jueves, porque cierran a las 6. Para el resto de días, tendría que pedir un permiso.

Preparé todos los papeles que tenía del banco para el día siguiente, vi un poco de K-1 (lucha) en Eurosport, y me quedé “sobao”.

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